El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró ayer el "estado de emergencia económica y social" con el objetivo de abrir un "nuevo contrato social", tras la ola de protestas de los chalecos amarillos. En un mensaje a la nación tras reunirse con sus ministros, los sindicatos y la patronal, condenó el "estallido de violencia inadmisible" y llamó a recuperar la normalidad. "Cuando la violencia se desata, la libertad cesa. De ahora en adelante, la calma y el orden republicano deben reinar", dijo.

Reconoció que la ira "es justa" y aludió a los "trabajadores que no llegan a final de mes", a los "jubilados enfadados", a las madres solteras "que no tienen con quién dejar a sus hijos". Lamentó que los "más frágiles no tienen su reconocimiento en esta sociedad" y que "el problema es que nos hemos acostumbrado a ello".

El Gobierno francés anunció un paquete de medidas de choque. La principal es la subida del salario mínimo en 100 euros mensuales

"Asumo mi responsabilidad", dijo, y admitió que su Gobierno "no ha sabido dar una respuesta rápida", por lo que anunció un paquete de medidas de choque. La principal es la subida del salario mínimo en 100 euros mensuales en 2019, "sin que le cueste nada a los empresarios", el pago de las horas extra y de las primas de final de año exentas de impuestos y la anulación de la subida impositiva prevista para el próximo año para los pensionistas que cobren menos de 2.000 euros mensuales.

Como en el 15-M, a los chalecos amarillos nada les basta. No quieren mejoras económicas, quieren el poder político. Macron pide perdón pero los chalecos amarillos no le perdonan... ni subiendo el salario mínimo ni dando marcha atrás en las subidas de impuestos.