Sr. Director:

Abres Twitter y la primera frase que aparece en su perfil viene a ser la siguiente: “A los hechos no les importan tus sentimientos”. Además de provida, Ben Shapiro es un enemigo de lo políticamente correcto.

La progresía estadounidense no soporta al joven que arrasa en los debates, ya sea al hablar de aborto, la existencia de Dios, la ideología de género, la importancia de la familia natural, los peligros del feminismo, política, distribución de la riqueza del país… Y es que su postura respecto a estos temas es más bien conservadora:

La fama del cum laude en Harvard crece como la espuma gracias a las redes sociales, que no duda en utilizar para combatir los argumentos con los que le bombardea la izquierda. Sin embargo, son sus vídeos los que dan la vuelta al mundo. Tan solo con escribir su nombre en los buscadores aparece un sinfín de sugerencias en los que Shapiro acorrala a los “guerreros de la justicia social” (Social Warriors Justice). Ejemplo de ello es el diálogo que mantiene sobre idelogía de género que no tardó en hacerse viral:

Cada vez está más claro: lo políticamente correcto está en crisis... por algo será.