Bayer refuerza su apuesta por la igualdad de género, cómo no, y se compromete a lograr la paridad total en todos los niveles de dirección en 2030. Por tanto, será la empresa más feminista y la más abortista, algo lógico, pues son dos adjetivos que van muy relacionados.

El gigante químico y farmacéutico alemán lleva ventaja en España, donde se acerca a una paridad de un 40% de mujeres en su equipo directivo y más de un 50% en términos generales. Así, tiene contenta a la ministra de Igualdad -o más bien, igualdá-, Irene Montero, quien no se cansa de reclamar "más feminismo que nunca" de cara al 8-M, con pandemia de coronavirus incluida. 

Y ojo, porque la cosa no acaba ahí: Sarena Lin, la nueva directiva de transformación y talento de Bayer, se ha permitido afirmar que “las personas están siempre en el centro de nuestro camino”. ¿En serio? No tiene en cuenta que entre sus principales negocios están los DIU Mirena, Kyleena y Jaydess y las pastillas anticonceptivas (potencialmente abortivas) Yaz, Yasmin y Yasminelle. Ambos impiden embarazos y por tanto, el nacimiento de nuevas personas, pero las segundas pueden incluso actuar tras la concepción y por ello, son abortivas, es decir, asesinan personas.

Y no se crean que Bayer parará ahí, como discípula del Nuevo Orden Mundial (NOM), también aspira a tener una representación adecuada de todas las generaciones y asegura que los intereses de los empleados gais, lesbianas, bisexuales y transgénero seguirán defendiéndose en el Comité de Dirección. Y es que quiere ser un reflejo del entorno nacional o cultural de las áreas en las que está presente...

El único punto positivo: aumentará la proporción de personas con discapacidad a un porcentaje superior al 5% en 2030.