Ni siquiera estando en la Cumbre del Clima (la COP30) -una cita que ha acabado fracasando-, a unos 6.500 kilómetros de distancia, Sara Aagesen olvidó su hipocresía, puerilidad y cerrazón antinuclear. Por eso, este lunes, distintos colectivos ligados a la central nuclear de Almaraz lo han intentado con Yolanda Díaz, concentrándose ante el Ministerio de Trabajo y Economía Social, para recordar que están en juego más de 4.000 empleos.

Recuerden que la plataforma ciudadana ‘Sí a Almaraz, Sí al futuro’, entregó una carta a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico el pasado mayo, tras no haber obtenido respuesta a la petición de una reunión, una cita que Aagesen declinaba por tercera vez. Dicha misiva aún no ha recibido ninguna contestación y lo único que Aagesen refiere en estos momentos sobre la central nuclear extremeña es que ha pedido su prórroga y ahora toca esperar al informe del Consejo del Seguridad Nuclear (CSN)... que tiene de plazo hasta el 1 de septiembre de 2027 para emitirlo.

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Este lunes, trabajadores de la central nuclear de Almaraz y representantes del comité de empresa, así como miembros de la plataforma ciudadana ‘Sí a Almaraz, Sí al futuro’, del colectivo Mujeres por Almaraz y de las asociaciones Jóvenes Nucleares y Women in Nuclear (WiN) se han concentrado ante el Ministerio de Yolanda Díaz para pedir la continuidad de la central, defender miles de empleos y el futuro de la comarca Campo Arañuelo. También han entregado tres cartas dirigidas a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo.

En la misiva que firma Fernando Sánchez, presidente de la citada plataforma y alcalde de las localidades cacereñas de Belvís de Monroy y Casas de Belvís, ha advertido que el cierre de la central “supondría un golpe irreversible para una comarca que ya sufre los efectos del desempleo estructural, la despoblación y la pérdida progresiva de tejido productivo”. “Miles de empleos directos e indirectos -cualificados, estables y de calidad- dependen de esta instalación, que actúa además como eje vertebrador de la actividad económica en la zona”.

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Por su parte, en la carta que firma el comité de empresa de Almaraz, se pide a Díaz que defienda los puestos de trabajo y a “las de cerca de 4.000 familias que viven dignamente gracias al empleo de calidad que genera la central”. También le reclaman que “tome conciencia de que no se puede condenar de nuevo a Extremadura al ostracismo ni a la desindustrialización obligándole a perder su mayor motor económico”, teniendo en cuenta que ella, como gallega, ya ha visto las consecuencias de la desindustrialización.

Y por último, el colectivo Mujeres por Almaraz -que agrupa a madres, trabajadoras y vecinas de la comarca Campo Arañuelo- ha subrayado en su carta que el cierre de la central amenaza la continuidad educativa, sanitaria y social de unos municipios ya debilitados por la pérdida de población y que muchas familias jóvenes se verían obligadas a abandonar la comarca, acelerando el vaciamiento rural. “Apelamos a su sensibilidad y a su memoria, porque lo que está en juego no son solo reactores, sino comunidades enteras, familias enteras, el alma de una región que no quiere volver a vaciarse”, han subrayado.

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Ante este contexto, no hay que olvidar que la energía nuclear es la segunda fuente de generación de electricidad en nuestro país, que lo hace ¡sin emitir CO2! y que es una energía barata que está asfixiada a impuestos. Y teniendo en cuenta las mentiras que se han escuchado sobre el apagón eléctrico que vivió la Península Ibérica el pasado 28 de abril, así como que Redeia insiste en culpar a las eléctricas... y estas últimas a Redeia, cabe recordar que cada mes, el precio de la electricidad en España ha sido superior al del mismo mes de 2024. Entre los motivos están la subida del gas natural, así como la operación reforzada que Red Eléctrica puso en marcha tras el citado apagón... y que ahora el Gobierno quiere incluir como coste de la red.