• La filial de Volkswagen vende ya el Ibiza 1.0 TGI, híbrido de gas natural comprimido (GNC) y gasolina.
  • Es su envite, al que espera se unan otros fabricantes, aunque mantiene el lanzamiento en 2020 de su primer coche eléctrico.
  • Los reclamos: más autonomía sin repostar (1.320 km.) y que contamina y gasta menos que el híbrido de gas licuado del petróleo (GLP).
  • También las ayudas en marcha (2.500 euros por vehículo) y las bonificaciones fiscales y derivadas de la etiqueta verde ECO.
Seat ha incorporado a su oferta un nuevo modelo de coche híbrido de gas natural comprimido (GNC) y gasolina, uniendo esa tecnología a uno sus iconos en ventas, el Ibiza. La filial de Volkswagen entra así, con el Ibiza 1.0 TGI (en la imagen), en otro episodio de un mercado complejo, en el que no está claro todavía quién se llevará el gato al agua. Las otras opciones en el mercado son el híbrido de gas natural licuado (GLP) y gasolina o el híbrido de gasolina y eléctrico, opciones que otros fabricantes han puesto también el mercado. Es lo que hay, de momento, al margen de que todo apunte en el futuro al coche eléctrico. Seat también lanzará a ese modelo en 2020. Las ventajas de la opción Seat está en el combustible, más barato y menos contaminante, y la autonomía de vehículo sin necesidad de repostar, superior a 1.300 kilómetros. Dicho con un ejemplo gráfico: el viaje Madrid-Barcelona se salda con un gasto inferior a 20 euros. Hablamos de una distancia entre las dos ciudades de 624,6 kilómetros, pero con un coste por combustible que se reduce a más de la mitad respecto a un coche de gasolina. Es posible gracias a los dos depósitos, uno de gas natural comprimido (13 kg. de capacidad) y otro de gasolina (40 litros). Es parte de la estrategia comercial con la que Seat busca un hueco en el mercado, en línea con las ventajas de consumo del coche eléctrico, aunque evitando en parte los inconvenientes: velocidad, autonomía muy limitada y puntos de recarga, además del tiempo que se tarda en repostar. El reportaje en los híbridos de gas, comprimido o licuado, es como en los de gasolina. El objetico de Seat, no obstante, va más allá: espera que otros fabricantes se unan a esa fórmula, que tiene una cuota de mercado apreciable en otros países como Italia, donde espera aumentar ventas. En España, de momento, el parque de híbridos de gas está en unos 6.500 vehículos. La opción de recarga con gas natural licuado es posible en la gasineras de Repsol; la de gas natural comprimido en la de Gas Natural Fenosa (GNF), entre otras. Seat firmó un acuerdo de colaboración con GNF para impulsar el uso de los vehículos de gas comprimido. De las 50 estaciones públicas que suministran ese gas vehicular 27 pertenecen a GNF. Al mismo tiempo, las ventajas de gas comprimido frente al licuado extraído del petróleo es el menor precio y que es menos contaminante, con los estándares verdes en boga: reduce un 25% las emisiones de CO2 y un 85% las de nitrógeno NOx. El nuevo modelo Ibiza, de quinta y definitiva generación, consume primero el depósito de gas natural comprimido (GNC), cuyo coste equivale a 2,81 euros por cada 100 kilómetros, con una autonomía de entre 380 y 420 kilómetros, y después el depósito de gasolina -similar a su homólogo Ibiza 1.0 TSI-, con un gasto de 6,46 euros por cada 100 kilómetros (*). En otros coches híbridos, por ejemplo, el consumo depende de la velocidad. A mayor, pasa de eléctrica al combustible. Gracias a esa magia la autonomía sin tener que repostar es de 1.320 kilómetros y alcanza una velocidad máxima de 180 kilómetros por hora. El vehículo utiliza preferentemente el gas comprimido y cuando se agota recurre al de gasolina sin que el conductor lo note (el cambio es automático), salvo por el testigo encendido en el cuadro de relojes. A eso se añade otros descuentos, como los incentivos del Ministerio de Energía para los vehículos de gas (2.500 euros, según el Plan Movalt), las bonificaciones fiscales en marcha (impuesto de matriculación, por ejemplo) y de otra índole en ciudades con problemas de contaminación como Madrid y Barcelona. Son ventajas de la etiqueta ECO, que tienen también otros modelos de Seat, como el Mii Ecofuel o el León TGI. A partir de 2018, tendrá también esa etiqueta el nuevo crossover Arona. Así las cosas, el precio final parte desde 10.910 euros por vehículo. (*) Ese baremo tiene en cuenta un consumo de 3,3 kg/100 km. en modo gas, que cuesta 0,85 euros por kg., y 4,7 litros por 100 km. En modo gasolina, a un precio medio de 1,37 euros por litro. Rafael Esparza