Es una encuesta, pero la más importante de todas: el barómeteo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que siempre distingue entre estimación de voto y voto directo. Es la famosa cocina del CIS, que pocos estadísticos discuten. Ahora bien, cuando al PP le da casi el doble de voto estimado sobre voto directo (del 12% de estimación a casi el 24%) pues hombre, la cosa es para dudar.

El subidón cocineril fue de la mitad para Ciudadanos. Y en pocas palabras, el voto directo le otorgaba un 16% frente a un 12% que obtenían PP y PSOE, un pelín por delante el PP, pero sólo un pelín, y Podemos, que bajaba al 11%.

El cocinado subidón otorgaba al PP casi el doble de voto estimado sobre voto directo: demasiada cocina

En otras palabras, el ganador de las elecciones sería Ciudadanos, seguido por PP y PSOE, con un punto menos por Podemos, que ha encontrado su suelo y se ha echado a dormitar en él.

En definitiva, demasiada cocina y ligero escándalo, que no satisface ni a los expertos de Génova.

Naturalmente, Mariano Rajoy no cambiará si se le ocurre pensar que ha traicionado sus valores.