Viena Capellanes es una pastelería madrileña con 150 años de historia, en los que han contribuido sus clientes, así como Matías Lacasa, los hermanos Baroja y la familia Lence (cuya cuarta generación está al frente de la propiedad y de la gestión actualmente). No sólo está de celebración por dicho aniversario sino también porque ha recibido el premio a la torrija más innovadora de la Asociación de Pasteleros de Madrid.

Viena Capellanes

 

Su historia arrancó en 1873, cuando el industrial Matías Lacasa obtuvo el privilegio de invención que le confería la exclusiva de la fabricación de pan de viena en Madrid, una variedad de pan más fina que la del candeal que había conocido en la capital austríca en su visita a la Exposición Universal. Lacassa y su esposa, Juana Nessi, pusieron una tahona en la actual calle de la Misericordia, cerca de la que entonces era la calle de los Capellanes, pero no tenían hijos y cuando él falleció, ella llamó a sus sobrinos, Pío y Ricardo Baroja, para que la ayudaran a sacar la empresa adelante. Estos hermanos son mucho más conocidos por sus habilidades con las letras porque “de harina parece que se mancharon poco”, según afirmó con tono de broma el actual director general de la compañía, Antonio Lence, y eso se debe, en buena medida, al joven aprendiz gallego Manuel Lence, a quien le dieron la oportunidad de convertirse en propietario en 1922: lo compró poco a poco y se fue trayendo a sus cinco hermanos desde Miranda (Lugo) para que trabajaran a su lado. Y la aventura le salió bien a la familia, incluyendo novedosas iniciativas: subarrendar algunas tiendas en un sistema parecido a las actuales franquicias; introducir panes especiales para enfermos y diabéticos, chocolates, café, fiambres y toda una gran gama de pastelería. Siete años después, ya tenía 16 sucursales y coches para hacer reparto a domicilio, algo en lo que también fue pionera, e incluso tenía algunos autogiros. 

Para celebrar su aniversario, han hecho un documental titulado ‘Una historia con mucha miga’ de 12 capítulos, han realizado una renovación integral de su página web y de su ‘app’ , sacarán nuevos platos y reediciones

Así ha llegado hasta hoy, pasando dos guerras mundiales, una guerra civil, dos pandemias (la última ha sido la del Covid) e innumerables recesiones, sabiendo adaptarse a los tiempos y creciendo. Cuenta con 25 establecimientos propios en Madrid, un obrador en Alcorcón, casi 40 Viena Córners en distintas empresas, una Escuela de Cocina y Repostería, el hotel Viena Suites, un servicio de catering para eventos corporativos y familiares, y una página web y una aplicación desde la que también vende sus productos. 

Viena Capellanes

 

Ofreciendo pastelería, servicios de catering gourmet y platos preparados, logró una facturación de 20 millones de euros en 2022, lo que supuso un aumento del 37% respecto al año anterior, pero aún está un 30% por debajo de la cifra preCovid. La pandemia hundió sus ingresos un 70% por el obligado cierre de la hostelería, aunque siguió trabajando a domicilio, con recogida en tiendas, un ‘Food bus’ en Ifema y colaborando con las autoridades para llevar alimentos a las familias desfavorecidas. “Actuamos y acertamos”, destacó Antonio Lence. Además, en estos últimos tiempos, ante la elevada inflación en su sector y en la sociedad no ha repercutido en el consumidor la subida de precios

Para celebrar su 150 aniversario, en rueda de prensa, Antonio Lence y su hermano Ricardo, director de desarrollo, anunciaron que han realizado un documental titulado Una historia con mucha miga de 12 capítulos (ya están disponibles los dos primeros). Asimismo, han hecho una renovación integral de su página web y de su propia app de delivery ‘My Viena’, han lanzado ediciones limitadas de productos y nuevos platos que reinventarán sus cartas, así como packagings conmemorativos y reediciones de sus postres y dulces centenarios (los bartolillos de crema, las rosquillas de anís o los mojicones, entre otros). Además, están renovando su parque móvil de furgonetas por otros vehículos más eficientes (híbridos).