Primero vamos con la noticia, la UNED, universidad pública, está ofertando un curso de verano sobre "gestación por sustitución como TRHA y los distintos modelos de familia”.

"La surrogacy es una controvertida TRHA objeto de muy diversas regulaciones. Algunos Estados han previsto un modelo jurídicamente seguro y llevan décadas practicándola. Otros, o no la han autorizado o, permitiéndola, han establecido un modelo sin la necesaria seguridad jurídica, lo que se ha visto abocado al fracaso. Esta diversidad puede ser debido fundamentalmente a las distintas posiciones éticas o de otra naturaleza que, sobre esta TRHA, coexisten”, arranca así la explicación del curso en la web oficial. 

Y todo esto es bello e instructivo, por dos motivos. Primero de todo y más importante: la gestación subrogada es una práctica ilegal en España, pero una universidad pública española trata de blanquear el asunto, es algo así como un curso para que la élite universitaria vea ‘el lado bueno’ de, por ejemplo, las drogas. 

Y segundo, vamos con los objetivos del curso porque no tienen desperdicio, “lo cierto es que hay un problema a resolver”, y se preguntarán, ¿la comercialización del bebé y la mujer? No, el gran problema que ve la UNED es "el trato discriminatorio que sufren aquellos individuos con problemas de infertilidad y/o esterilidad estructural que no cuentan en sus respectivos Estados con una regulación de la surrogacy que pudiera eliminar dicha desigualdad”. 

"Los objetivos del curso serán fundamentalmente transmitir conocimiento sobre la gestación por sustitución como TRHA de forma objetiva, razonada y jurídica”, claro, cabe señalar que objetiva ya no es, porque se parte de la premisa de que ser padre es un derecho, cuando no lo es.

Pero desde la UNED creen que en España "no se ha promovido suficientemente ni el conocimiento ni el debate por expertos en la materia, lo que ha favorecido la aparición de prejuicios y falsas posiciones en la sociedad. Por ello, en última instancia, pretendemos desterrar mitos y falsas informaciones que hay en torno a esta TRHA”. 

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Veamos, tal y como publicamos en Hispanidad, la Sala Civil del Tribunal Supremo, máximo órgano del Poder Judicial en España, reiteró su rechazo al alquiler de vientres, también llamado gestación por sustitución, y advirtió que esta práctica reduce tanto a las madres como a los bebés a “meros objetos”. Además, y al igual que ocurre con la fecundación in vitro (FIV), recordaba el Supremo que una persona tiene derecho a conocer sus orígenes. Por lo que podemos concluir que una sentencia del Supremo es suficiente para cerrar el debate.  

El aborto lleva vigente en España 38 años y ya hablamos del infanticidio como un derecho y queremos que sea libre, es decir, hasta el mismo momento del parto, y parece que vamos por el mismo camino con los vientres de alquiler que, al igual que la fecundación in vitro, se anuncian como dar vida, cuando lo que ofrecen es muerte. Es más, esta técnica es a la que se recurre en muchas ocasiones para poder gestar en el vientre de alquiler. 

Esta práctica constituye otro "avance progresista" que, como tantas otras iniciativas de vanguardia, supone un atentado contra la ley natural, es decir, una violación de la naturaleza. En resumen: tener hijos no es un derecho, es un don; gestarlos y criarlos... y educarlos y quererlos es un deber.