Aunque tarde, los días más calurosos del año ya están aquí. Es una de las épocas más ansiadas del año para muchas personas, si bien debemos tener mucho cuidado con las altas temperaturas, especialmente entre la población más vulnerable, entre la que se encuentran las personas de más de 65 años, y los niños.

Según revela la geriatra de Quirónsalud Zaragoza Nieves Fernández Letamendi, las personas mayores de 65 años, en especial si padecen problemas cognitivos, sobrepeso, enfermedades crónicas, presentan una dependencia física que les dificulta el cambio de vestimenta y la adaptación al entorno, o bien si toman fármacos que lo favorezcan, tienen más riesgo de presentar deshidratación secundaria al calor.

Dra. Nieves Fernández Letamendi

 

“Cada año es más frecuente que en verano vivamos temperaturas más extremas. Por ello, recordamos la importancia de prevenir el ‘golpe de calor’, ya que es más difícil de detectar en las personas mayores”, advierte esta experta.

En concreto, explica la geriatra, el centro de termorregulación en las personas de edades más avanzadas se altera con el envejecimiento, lo que produce una menor sensación de calor, así como una menor percepción de sed; y, en consecuencia, disminuye por lo tanto esa “necesidad de protegernos de las temperaturas excesivas”, advierte esta experta.

Cuando nuestro cuerpo ha superado los 41 grados centígrados, esta situación que puede poner en riesgo la vida del paciente, y llevar a un fracaso orgánico

Cómo controlar el calor en las personas mayores

De esta manera, la especialista del Hospital Quirónsalud Zaragoza aporta los siguientes consejos para que el manejo del calor no se nos vaya de las manos en las personas de edades más avanzadas:

  • Evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, sobre todo en las horas de mayor intensidad (12-16 horas) y con una humedad relativa alta; usar sombrilla y gorro en la playa, o en zonas de exposición solar; es recomendable que, fuera de este horario, tomen el sol, al menos 20 minutos, y sin protección en la cara, en los brazos, y en el escote, para favorecer el metabolismo de la vitamina D; fuera de ese tiempo, si la exposición va a ser mayor, sí que es recomendable usar cremas de fotoprotección alta.
  • Insistir en un buen aporte de líquidos, aunque no se tenga la sensación de sed (evitando el consumo de bebidas alcohólicas); el agua, las infusiones, o incluso los zumos de frutas pueden ser útiles en estos casos.
  • No hay que olvidar que en los mayores con disfagia (dificultad para tragar), se debe igualmente potenciar la hidratación con agua gelificada, o utilizando espesantes; eso sí, aunque lo ideal es tomar agua, si la rechazan por el espesante, podemos probar con otras bebidas que sepamos que les gustan y espesarlas (zumos, refrescos, batidos de sabores); al mismo tiempo que otra manera de hidratar, si nos cuesta, sobre todo en pacientes con deterioro cognitivo, son los helados tipo polo.
  • Evitar llevar ropa ajustada y elegir tejidos ligeros, como el algodón y de colores claros.
  • Estar muy vigilantes ante los mayores con problemas de movilidad o deterioro cognitivo, de tal manera que adaptemos su vestimenta a lo que necesiten en cada momento.
  • También es importante no dejarlos expuestos al sol de manera continuada en caso de que no puedan moverse por ellos solos (silla ruedas); y es recomendable, además, el uso de sombreros, gorras y gafas de sol.
  • Realizar comidas ligeras y bajas en sal.
  • No realizar ejercicio, ni deportes, que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de calor.
  • Mantener la casa fresca y ventilada.
  • No permanecer en vehículos estacionados o cerrados.

Detectar el golpe de calor

En este sentido, la doctora advierte de estos consejos van encaminados a evitar las situaciones de hipertermia, o cuando nuestro cuerpo ha superado los 41 grados centígrados, una situación que puede poner en riesgo la vida del paciente, y llevar a un fracaso orgánico.ç

Los síntomas de un golpe de calor son, entre otros, náuseas y vómitos que hacen no viable la hidratación oral; calambres musculares en brazos, en las piernas, o en el vientre; así como desorientación

“Si los síntomas que presentamos son temperatura altas tras una exposición solar, o un  ambiente muy caluroso, son náuseas y vómitos que hacen no viable la hidratación oral; presentamos calambres musculares en brazos, en las piernas, o en el vientre; así como desorientación, cuadros confusionales, e incluso convulsiones; o bien una bajada del nivel de conciencia, debemos siempre acudir a Urgencias, o pedir una asistencia médica domiciliaria para el traslado al hospital, ya que puede tratarse de un cuadro grave que comprometa la vida”, concluye la doctora Fernández Letamendi, geriatra de Quirónsalud Zaragoza