La muerte de la pequeña Olivia de seis años, asesinada presuntamente por su madre, ha reabierto un debate que, en realidad, siempre ha estado en el candelero: el de la llamada violencia vicaria. Pues bien, resulta que en el caso de Olivia no hay violencia vicaria, claro, porque la violencia femenina no existe y, por tanto, hay que buscar otra explicación. 

Al hilo de este suceso, de tertulia en tertulia, nos encontramos en 'La noche en 24 horas' con un esclarecedor ejemplo empleado por la abogada Yobana Caril para explicar por qué denuncias falsas interpuestas por mujeres contra sus parejas no engrosan la lista de dichas denuncias. Vamos, uno de los 'trucos' de las feministas para disminuir el número de denuncias falsas contabilizadas.

A las denuncias falsas no contabilizadas se suman las denuncias interpuestas por violencia psicológica, esa que también esgrimen mujeres que denuncian a varones aludiendo a que les tratan mal, les hablan mal o... no les dejan el mejor sitio para ver la televisión. Esa violencia psicológica tan difícil de corroborar y de la que un hombre muy improbablemente se presentará como víctima en una comisaría o ante un juez.