La Iglesia celebra este 19 de marzo, solemnidad de San José, el Día del Seminario, y «Levántate y ponte en camino» es el lema que se propone para este año. Con motivo de la celebración, la Subcomisión Episcopal para los Seminarios hace públicos los datos del número de seminaristas que cursan estudios en los seminarios mayores diocesanos en el curso 2022-2023: 974; el número de ordenados: 97; y el número de nuevos ingresos: 172, cifras muy inferiores a las del pasado año, en el curso 2021-2022: 1.028 seminaristas, el número de ordenados: 125; y el número de nuevos ingresos: 218.

Las vocaciones siguen cayendo. Hay diócesis y sobre todo, congregaciones religiosas, condenadas a la extinción por falta de relevo, y sobre todo, faltan sacerdotes para administrar sacramentos. El número de seminaristas es la peor cifra desde que hay registros. 54 menos que el año pasado, 304 menos que hace diez y 725 menos que hace 20.

Según la Conferencia Episcopal "la bajada se explica entre otras cosas, por la nueva metodología en la recogida de los datos, que por primera vez ha sido nominal, y ha estado a cargo de la Oficina de Transparencia de la Conferencia Episcopal".

Desde la CEE también señalan "la secularización y la falta de compromiso por parte de no pocos jóvenes, que también se reflejan en otros datos estadísticos, como en el número decreciente de matrimonios -tanto civiles como eclesiásticos".

Aun así, "hay que estar agradecidos de que un número significativo de jóvenes vivan comprometidos en la búsqueda de la voluntad de Dios, que nos invita a abrazar una vocación preciosa en su Iglesia. Vocación que siempre tendrá como horizonte el servicio".

La falta de vocaciones es más grave que cualquier tipo de ataque externo, anticlerical o cristofóbico. Hablamos de una religión sacramental y hasta social, sin sacerdotes se corre el peligro de vivir como paganos.