Misioneras de la Caridad en la India
Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en la India, donde las Misioneras de la Caridad —orden fundada por la Madre Teresa de Calcuta— han sido acusadas falsamente de forzar conversiones religiosas.
Como explica el padre capuchino Suresh Mathew, director del semanario católico Indian Currents, “las Misioneras de la Caridad son el objetivo de los nacionalistas hindúes. Es pura difamación; quieren difamar y calumniar a las hermanas y a las instituciones cristianas”.
Las religiosas han sido acusadas en virtud de la Ley de Libertad de Religión de Gujarat, vigente desde 2003. Según la denuncia, presentada ante la policía de Makarpura el 12 de diciembre, las hermanas supuestamente "hieren los sentimientos religiosos hindúes" y "atraen a las jóvenes al cristianismo" en un hogar que dirigen en la ciudad de Vadodara, recoge Fides.
Las Misioneras de la Caridad, congregación fundada por la Madre Teresa de Calcuta, niegan todas las acusaciones. “No estamos involucrados en ninguna actividad de conversión religiosa. Acogemos a 24 chicas que viven con nosotros y siguen nuestra práctica de vida. No hemos convertido a nadie ni hemos obligado a nadie a casarse en una ceremonia cristiana”, afirma una portavoz de las Misioneras de la Caridad.
En 2018, las Misioneras de la Caridad del estado indio de Harkhand fueron acusadas de proselitismo y tráfico de niños y una religiosa fue detenida por la policía durante algún tiempo. En la India, unas 5.200 Misioneras de la Caridad dirigen 277 casas e institutos con actividades sociales y caritativas.
Tariq gritaba que los presentes estaban participando en una celebración «cristiana» y merecían «una lección», mientras sus secuaces golpeaban a los varones de la familia y desnudaban a sus esposas e hijas
Nos vamos a Pakistán. En Farooqabad, un suburbio de Faisalabad, en la provincia de Punjab, se produjo otro grave episodio de violencia contra los cristianos el 10 de diciembre pasado, coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos, recoge Infocatólica de Asia News.
El incidente fue protagonizado por un grupo de musulmanes, que atacó la casa de Wazir Masih, un trabajador sanitario cristiano que en ese momento estaba celebrando la boda de su hijo Ahsan. Los problemas comenzaron cuando llegó un vecino musulmán, Tariq Pehalwan, que no estaba invitado pero entró a la casa evidentemente alterado, creando confusión y hostigando a las mujeres mientras les arrojaba dinero para atraerlas.
Fue expulsado por el dueño de casa y poco después regresó con unas diez personas armadas, cinco de las cuales todavía no han sido identificadas. Los asaltantes comenzaron a golpear a los invitados, dispararon al aire y apuntaron a las mujeres, acosándolas e intentando arrancarles la ropa. Tariq gritaba que los presentes estaban participando en una celebración «cristiana» y merecían «una lección», mientras sus secuaces golpeaban a los varones de la familia y desnudaban a sus esposas e hijas.
La familia pudo salvarse porque escaparon de la casa antes de que las llamas la envolvieran por completo. En los días siguientes, gracias al testimonios de los presentes, la familia Masih denunció el ataque a la policía, que solo bajo presión y por la intervención de algunos activistas locales aceptó la denuncia. El 12 de diciembre se registró el FIR (First Information Report), pero los miembros del grupo, después de pasar unas horas en el cuartel, fueron liberados bajo fianza y ya se encuentran nuevamente en libertad. Se teme que puedan vengarse, dando lugar a una nueva espiral de violencia y masacres, como ya ocurrió en el pasado, amparándose en el clima de impunidad.
Desde 2015 miles de cristianos han muerto y decenas de miles han sido desplazados en “una campaña de ataques” contra comunidades predominantemente cristianas en el centro de Nigeria por asaltantes de origen fulani
Nos vamos a Nigeria, donde, según un reciente informe, el reverendo Dauda Bature, líder cristiano de la Primera Iglesia Evangélica Ganadora de Todo (ECWA), murió en cautiverio de los presuntos pastores fulani musulmanes que lo secuestraron el pasado 8 de noviembre, recogió Aciprensa.
La fundación de derechos humanos Christian Solidarity Worldwide (CSW) informó que los presuntos militantes habían confirmado la muerte del reverendo, secuestrado en su granja en el estado central de Kaduna.
El secuestro, informó CSW, fue seguido por muchas idas y venidas, y la esposa del líder de la iglesia, Haddasa Bature, también fue capturada en algún momento. “La señora Bature fue liberada el 6 de diciembre. Sin embargo, cuando el secretario de la iglesia, que ha estado negociando con los secuestradores, los llamó dos días después de que afirmaron haber liberado al reverendo Bature; dijeron que había muerto hace un tiempo”, informó CSW.
La fundación cristiana expresó su preocupación porque desde 2015 miles han muerto y decenas de miles han sido desplazados en “una campaña de ataques” contra comunidades predominantemente cristianas en el centro de Nigeria por asaltantes de origen fulani.
Haití: liberados los últimos 12 cristianos secuestrados por una banda criminal
Y en Haití, los últimos 12 misioneros cristianos –y familiares– que fueron secuestrados hace dos meses por una banda, han sido liberados este jueves 16 de diciembre, recogió Aciprensa.
El 16 de octubre, la banda haitiana “400 Mawozo” secuestró a los 17 misioneros cristianos y sus familiares y exigió la suma de un millón de dólares por la liberación de cada rehén. El líder del grupo criminal amenazó con matar a los rehenes si no se pagaba el rescate.
Los secuestrados tenían edades comprendidas entre los 8 meses y los 48 años; y todos menos uno eran ciudadanos estadounidenses. Cinco eran niños. En el momento del secuestro los misioneros estaban construyendo un orfanato en Fond Parisien, Haití.
Los secuestradores del grupo 400 Mawozo también estuvieron detrás del secuestro en abril de 2021 de sacerdotes y religiosos católicos en Haití.
Todos los secuestrados en abril fueron liberados en las siguientes semanas. Se pagó un rescate por solo dos de los sacerdotes secuestrados, según un funcionario haitiano.