Dos ejemplos de que los ciudadanos están hartos de sufrir robos en ciudades como Barcelona o San Sebastián. Con dos mataleones -técnica que consiste en dejar a la otra persona inconsciente, presionando con el brazo en la zona del cuello- a los dos ladrones que intentaban asaltarlos.

 

Cuando es el pueblo el que empieza a reaccionar ante este tipo de situaciones, es muy difícil negar la realidad. Aunque, veremos cómo responde el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien, a propósito del aumento de las agresiones sexuales en distintas comunidades españoles, argumenta que es debido a que los ciudadanos denuncian más.

Cuidado, porque si el ciudadano empieza a sentir abandonado por el Gobierno, que debería protegerlo, entraríamos en el terreno de tomarse la justicia por su mano. Y eso es muy peligroso.