Decíamos en Hispanidad que la crisis del PP se llama Feijóo: el punto más importante, y en el que también Feijóo resulta inane, es la cosmovisión del PP. Dicho de otra forma: el PP, o se recristianiza o muere. Porque si no se recristianiza, se queda sin personalidad y no se distinguirá del PSOE. Éticamente, el PP es progresismo de derechas. O sea, más de lo mismo.

Aclaración: recristianizar el PP no significa que sus dirigentes se hagan muy píos sino que adopten la cultura cristiana, la que ha forjado Occidente y la que forjado la democracia y las libertades. Aunque recuerden que nadie da lo que no tiene.

Ejemplo del progresismo del PP: Silvia Gómez Borreguero (PP), concejal de Igualdad en el Puerto de Santa María, atacó en el último Pleno del pasado 10 de enero al grupo parlamentario Vox por presentar una moción para apoyar a las mujeres embarazadas. «Somos las únicas que tenemos derecho a decidir qué hacemos con nuestro embarazo. Somos las únicas que podemos decidir porque es un derecho que tenemos adquirido en la Constitución». Y, por si no quedaba claro, una dosis de fineza 'popular': "Nosotras somos las únicas que podemos decidir qué nos sale de ahí mismo".

Sólo una aclaración a la delicada reflexión de la señora Gómez Borreguero, lo que, como usted dice "nos sale de ahí mismo" resulta ser es ser más inocente e indefenso de todos los seres humanos: el concebido y no nacido.