Rami Aboukhair, Ceo de Santander: “En cuanto estemos recuperados, habrá que empezar a mover dinero” con “ayudas claras y rápidas”

El Banco Santander ha comunicado que destinará 4 millones de euros a la Comunidad de Madrid para habilitar 2.000 nuevas camas en el hospital de campaña de Ifema y comprar respiradores para la UCI. Además la entidad ha destinado otro millón de euros para la compra de un millón de mascarillas que enviará al Ministerio de Sanidad. La entidad se ha comprometido a no hacer ERTE entre sus empleados durante esta crisis.

En la COPE, Rami Aboukhair, Consejero Delegado de Santander, ha dicho: "Vamos a seguir dejando dinero, somos parte de la solución, los que llevemos liquidez para que este país se levante lo antes posible. Ahora la economía se para, a diferencia de la crisis de 2008. Si hay una coordinación global, antes será la recuperación económica. Debemos quedarnos en casa, merece la pena y eso hará que la recuperación sea lo más inmediata posible, En cuanto estemos recuperados, habrá que empezar a mover dinero, las ayudas deben ser claras y rápidas para que  el dinero llegue cuanto antes a  comercios, autónomos, empresas pequeñas, entre otros que han cerrado al 100%".

En la COPE, Jorge Bustos decía: “Vaya por delante que deseamos a Carmen Calvo que se recupere lo antes posible. Ella, que fue nombrada coordinadora de la crisis del coronavirus, para coordinar a todos los ministerios, encarna el símbolo de esa negligencia. Porque en realidad ella que estuvo más centrada en competir con Irene Montero para ver quién se quedaba el asunto de la reforma de la ley de delitos sexuales y el feminismo del Gobierno, quien lo encabezaba durante los meses en los que el virus silenciosamente se iba expandiendo y culmina en esa irresponsabilidad negligente que hoy sabemos que costó vidas. No es momento de pasar la factura pero en su momento habrá que hacerlo, quizá con una comisión de investigación. Pero es evidente que la manifestación del 8-M disparó de forma exponencial el contagio. De alguna forma encarna esa agenda política, ideológica, que este Gobierno que es muy ideológico desde su nacimiento, no quiso suspender cuando debía porque no quería anteponer las razones científicas. De modo que ahora estamos pagando todo ello”.

Antonio Naranjo destacaba: “Yo seguramente tampoco resisto la hemeroteca de lo que decía hace un mes. Es verdad que yo no soy gobernante y por tanto no tengo la misma información y por tanto actúo también en función de la información oficial que te van dando. Yo creo que todos estuvimos con la guardia bajada. Pero es verdad que el Gobierno, cuando venía el tsunami, hizo a la gente correr no contra la ola sino a favor de la ola. Era una cosa sorprendente. Hay tres fechas terribles: una es la del 23 de enero, que es cuando la OMS emite un informe demoledor de advertencia sanitaria; otra es el 30 de enero, cuando un experto de la OMC vuelve a insistir en esa advertencia; y la otra es el 3 de marzo, cuando la UE desaconseja de manera expresa las concentraciones masivas del 8-M y tantas otras”. “Dicho lo cual, los únicos que no tienen derecho a equivocarse son ellos y los únicos que se han equivocado han sido ellos. También creo que lo mejor ahora es pedirles que no se equivoquen a futuro y ya ajustaremos las cuenta del pasado que sin duda merece este caso”.

En la COPE, Carlos Herrera opinaba: “Y no hay que cansarse de agradecer la labor de los más de 2.500 militares desplegados en más de 149 localidades. Son profesionales que están desinfectando lugares donde se encuentran escenas dantescas. Y, ahí están, en perfecto orden y disciplina. Por eso, cuando uno revisa las actitudes de algunos con el Ejército, alguno de todos estos cretinos como Ada Colau o de alguno de Podemos, entonces es cuando sacas del cajón aquellas palabras que decían sobre el Ejército. Empezando por Sánchez, cuando dijo aquello de 'yo si pudiera eliminaría el Ministerio de Defensa'. Eso era una forma de hacerse, no sé, el hippie”.

“Pero cuando los de Podemos decían que el Ejército era un gasto superfluo... Sí, sí. Un gasto superfluo y cosas peores decían estos ignorantes. La cuadrilla de ignorantes. Si solo fueran ignorantes cabría la disculpa piadosa del que no ha podido saber más. Son peores que ignorantes. Son ignorantes y malos. Precisamente, el Ejército ha ayudado a levantar el hospital de campaña de Ifema. Ahí están depositadas muchas esperanzas”.

En la COPE, Carmelo Encinas subrayaba “el aire maravilloso y puro y el cielo limpio que vimos ayer en Madrid, la lluvia y la falta de contaminación creó ese estado mágico. Pero además voy a tirar una flor a Ifema. Lo voy a hacer porque ha vuelto a dar un auténtico recital de eficacia y de capacidad de logística. Después de lo de la cumbre del clima, ahora le toca este reto y estamos viendo un auténtico prodigio, y hay que decirlo públicamente. Hay cosas que funcionan muy bien en este Madrid, que es la zona cero del coronavirus en España. 

Ana Martín destacaba: “El hospital milagro de Ifema es un ejemplo de que también hay cosas que están funcionando en esta crisis a nivel de coordinación. Es verdad que no en el asunto de las mascarillas o de medidas extra que piden comunidades. Pero aquí la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Sanidad, el Ministerio de Defensa, el Ifema y el Ayuntamiento de Madrid se han puesto a trabajar a una y en apenas un fin de semana han creado un hospital de campaña cuando Wuhan nos sorprendíamos y sorprendían al mundo con esas imágenes de hospitales de campaña”. “Podemos estar orgullosos dentro de todo y sacar pecho incluso en estas circunstancias tan difíciles”.

En Onda Cero, Carlos Alsina apuntaba: “De la política, cada vez me apetece contarte menos. Mal asunto cuando escuchas a quienes nos gobiernan y tienes que concluir que alguno miente. Nos gobiernan el PSOE y Podemos en España y el PP y Ciudadanos en unas cuantas comunidades autónomas. Si es verdad lo que dice el ministro Illa, que no para de repartir EPI entre las regiones afectadas...

...entonces ha de ser mentira lo que dicen los gobiernos autonómicos, que niegan haber recibido el número que el ministerio les adjudica. Y si es verdad lo que dice Aguado, el vicepresidente madrileño...

...entonces es mentira lo que dice el ministro, que niega que se haya puesto traba alguna a la entrada de material sanitario en España.

Si me exaspera a mí el cruce de versiones de unos gobernantes y otros, qué no sentirán ante el triste espectáculo los profesionales de servicios públicos que siguen esperando un material que no llega”.

En Onda Cero, Rubén Amón lanzaba sus preguntas: “¿Puede afrontarse una crisis como la presente sin tiempo ni medios? España es el país de Europa que peor protege a sus médicos y enfermeros, más allá de la falta de mascarillas, respiradores y tests de detección.

¿Puede ser esperanzador que el virus haya alcanzado en Madrid su cifra más elevada? Puede serlo, precisamente porque siendo la cifra más alta de la epidemia, resulta que se está ralentizando el ritmo de contagios.

¿No es desolador que la gran morgue de Madrid se haya instalado en el Palacio de Hielo? No cave definición más atroz de un congelador de cadáveres.

¿Está adquiriendo por tanto el coronavirus una dimensión industrial de la muerte?

Para compensar la tragedia, ¿os consuela que al menos en Italia haya bajado por segundo día consecutivo la cifra de nuevos fallecidos? Es lo que podría suceder aquí en una semana.

¿No se está quebrantando demasiado pronto el compromiso político de lealtad al Gobierno?

¿Y no es sintomático que el Gobierno mismo haya sido golpeado por el coronavirus? Carmen Calvo podría ser la última. Y habría hecho bien en tratarse en un hospital público, aunque los privados también lo sean”.

En Onda Cero, Fernando Ónega señalaba: “La Reserva Federal de Estados Unidos anuncia dinero sin límites y por tiempo indefinido para evitar un crack que se anuncia peor que el de 2008. Es que Estados Unidos es una nación y funciona como tal. Aquí cada país va por libre, con un Banco Central más pobre y timorato.

Le he escuchado a Pedro Sánchez reclamar eurobonos, inversiones, seguro de paro europeo y algo así como un Plan Marshall y me temo que mover una sola de esas piezas necesitará tal cúmulo de consejos, negociaciones a 27 y otras componendas, que no lo verán nuestros ojos.

Y veo los negros indicios y sólo contemplo que la Unión está dispuesta a dejar libertad a los Estados para meterse en déficit y endeudarse. Comparado con las manos de hierro y los hombres de negro de la última gran recesión, es un cambio. Ahora bien: como el mal es general y la catástrofe será colectiva, hay que decir que la Unión Europea tiene que funcionar como tal Unión.

Hay algo que ya solo se puede lamentar: la falta de una política común para prevenir el virus. Pero hay algo que todavía se puede amortiguar: que el desastre económico lo arrase todo y deje ejércitos de parados en cada país. Y que debajo de ese escenario de ruinas encontremos después los restos y el mapa deshilachado de la propia Unión”.

En la COPE, el economista Gay de Liébana comentaba: “Doña Prudencia, tan recatada ella, tendrá que echarse alguna canita al aire, porque a la banca, por más que le reprochen los anticasta conversos a la casta, siempre se le exige y, a veces, como ahora, se encuentra entre la espada y la pared. Me explico. Hoy la banca es más resistente que en 2008. Estos años se ha dotado al sistema bancario de una rigidez regulatoria muy rigurosa en aras de no repetir los colapsos de la crisis financiera. Sin embargo, los bancos tienen que lidiar con el hándicap de unos tipos de interés muy bajos y sus márgenes se han estrechado. Por fuerza, en el actual escenario, la banca será el motor de los préstamos que se concedan, pero, claro, tiene que actuar con moderación por las exigencias del sistema financiero. Y ello conlleva un estrés añadido: la subida de impagos que se producirá a causa de la pandemia.

Si la banca se viera obligada a dotar todas las provisiones habidas y por haber, sus cuentas de resultados se resentirían, incluso entrando en pérdidas. Por eso, el BCE tendrá que hacer la vista gorda o, dicho más elegantemente, flexibilizar las rigideces imperantes en lo tocante a coberturas a través de provisiones, y ser permisivo ante las moratorias de créditos. A modo de compensación por esa relajación crediticia, los bancos deberán actuar con cautela en repartos de dividendos y recompras de acciones a fin de mantener sus volúmenes de recursos propios en cotas de solvencia. Hasta cierto punto, el respaldo público, en forma de aval, a créditos que se concedan a empresas y autónomos, reduce el riesgo bancario de probables impagos”.