En Venezuela, prosigue la dictadura comunista-chavista de Nicolás Maduro que ha sumido al país en los peores años de su historia, con la pobreza, la inseguridad, la delincuencia, la corrupción y la persecución a los derechos y libertades fundamentales, características todas ellas propias de los regímenes comunistas. De hecho, más de ocho millones de venezolanos han huido del país. 

Pero un hilo de esperanza ha surgido en este país gracias a la opositora María Corina Machado (56 años), quien, con su partido ‘Vente Venezuela’, ganó las primarias de la Plataforma Unitaria con más del 90% de votos, convirtiéndose así en la candidata de la Plataforma Unitaria de cara a las elecciones presidenciales de 2024.

No obstante, ante la popularidad que estaba logrando, el régimen chavista la inhabilitó políticamente el 30 de junio de 2023, durante quince años, por medio de una nota no confirmada por el actual Contralor Jhosnel Peraza Machado, y acusándola de supuestos delitos, recoge Wikipedia

Por otra parte, el asesor de la Casa Blanca Juan Gonzales informó el 7 de noviembre que el régimen venezolano tenía hasta el 30 de noviembre para retirar las inhabilitaciones a políticos (incluida Corina Machado) o empezaría a revertir la flexibilizacion de las sanciones.

Hoy viernes vence el plazo fijado por el Tribunal Supremo chavista para recurrir la inhabilitación de la Contraloría en su contra. Sin embargo, Corina Machado reiteró ayer jueves que no acudirá ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para recurrir su inhabilitación. Argumenta que no ha sido notificada de ese procedimiento, informa El Nacional. 

En ese contexto, hoy El Mundo ha publicado una entrevista con ella en la que responde a la pregunta de si va a recurrir la inhabilitación de la Contraloría en su contra. Ella responde: “El plazo de caducidad para los procedimientos judiciales está en la ley, no los impone el régimen. Ni siquiera he podido empezar, porque a mí no me han notificado nada de mi caso, ni hay delito ni procedimiento. ¡Ni un papelito!”. 

Lo más importante es lo que se ha despertado en el país, que ha trascendido la dinámica propia de una contienda electoral y ha calado muy hondo, ha adquirido una dimensión existencial y espiritual para los venezolanos

Corina señala en la entrevista: “Lo más importante es lo que se ha despertado en el país, que ha trascendido la dinámica propia de una contienda electoral y ha calado muy hondo, ha adquirido una dimensión existencial y espiritual para los venezolanos. Es algo que no había ocurrido antes. No obstante, sigo creyendo que los venezolanos necesitamos el apoyo de las democracias liberales del mundo. Lo que estamos enfrentando en Venezuela es un proyecto que trasciende nuestras fronteras. Esto no es una dictadura convencional, la habríamos derrotado hace tiempo. Es un sistema complejo, adaptativo, heterárquico, con vínculos con fuerzas transcontinentales muy poderosas como Rusia, Irán, Cuba, Hizbulá, Hamas, la guerrilla colombiana y el narcotráfico. Pero además es un sistema capaz de someter intencionadamente a una sociedad al hambre y a una generación a la ignorancia. Cuando tienes un régimen capaz de separar a las familias de forma intencionada te das cuenta de que su maldad no tiene límites”.

Asegura que la revolución está en su momento de mayor debilidad: “Sí, y con enormes contradicciones a lo interno. Han agotado toda la plata (dinero) que había en el país, saquearon 23.000 millones de dólares de PDVSA (la estatal Petróleos de Venezuela). Tienen graves problemas de liquidez y, como criminales que son, su voracidad es infinita y por eso crecen las tensiones entre ellos. Además sus mecanismos de control social se han reducido significativamente, con las bolsas de comida, los bonos, los tickets para las bombonas de gas, que han ido perdiendo efectividad porque la gente se ha ido rebelando. Una frase de las madres lo transmite todo: qué más nos van a quitar, cómo nos van a amenazar con una bolsa de comida si ya nos quitaron a nuestros hijos, que se tuvieron que ir”.

"¿Cómo van a estar cómodos (el régimen)? Ellos saben que a mí no me pueden controlar, extorsionar o chantajear

Respecto a su estrategia, explica: “Comenzó hace dos años bajo la premisa de cómo volver a inspirar y movilizar al país para que confíe en su propia fuerza. El régimen y Maduro habían logrado transmitir al mundo que todo estaba perdido y que en el mejor de los casos había que esperar hasta 2030. Lo primero de todo era convencernos a todos de que sí teníamos la fuerza y que estábamos decididos a hacerlo. La siguiente fase era cómo renovar un liderazgo en el que la gente confiara y dar coordinación a todos los sectores locales y con legitimidad. Alinear al mundo democrático, y al no democrático, con esta ruta de cambio. Logramos lo primero, movilizar y entusiasmar para crear un movimiento transversal como nunca había visto antes. Esto es transversal, va desde la aldea más rural y humilde hasta el profesor universitario y el empresario pasando por todos los sectores del país dentro y fuera de Venezuela. Logramos derribar las barreras que este sistema nos ha impuesto, que si ricos y pobres, blanco y negros, izquierdas y derechas. Y eso se expresó con una potencia inaudita e impensable el 22 de octubre (la fecha de las elecciones primarias). Logramos legitimar el liderazgo y ahora viene una fase en la que debemos lograr que todos los actores entiendan que por su propio bien deben apoyar la transición democrática en Venezuela”.

"¿Cómo van a estar cómodos (el régimen)? Ellos saben que a mí no me pueden controlar, extorsionar o chantajear. No les gusta que sea mujer, que sea liberal y que enfrente con toda mi fuerza el socialismo que trae hambre, pobreza, violencia y corrupción. No están cómodos con que no me puedan encontrar un centavo mal habido en toda mi existencia”, afirma la opositora. 

Guyana se reserva el derecho de trabajar con todos nuestros socios para garantizar la defensa de nuestro país

Por cierto que en este momento, Venezuela protagoniza una disputa con Guyana por la rica región de Esequibo, que ostenta grandes reservas petrolíferas y que representa alrededor de dos tercios del actual territorio nacional de Guyana. 

La dictadura venezolana aprobó el pasado 3 de diciembre en un referendo unilateral anexionarse la zona disputada y el Gobierno de Maduro ordenó el asentamiento de una división militar cerca del área en litigio, sin incursiones de momento, entre otras medidas. 

En ese contexto, los líderes de Venezuela y Guyana se reunieron ayer jueves, informa CNN. En una conferencia de prensa, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, dijo a los periodistas: ”Dejamos muy claro que Guyana no es el agresor, Guyana no busca la guerra", añadió, "pero Guyana se reserva el derecho de trabajar con todos nuestros socios para garantizar la defensa de nuestro país".

"Guyana no retrocederá en absoluto a la hora de garantizar que este asunto sea decidido por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya y que el resultado de este asunto en la CIJ sea respetado por todos", dijo Ali el jueves.