En Brasil, desde la llegada al poder del presidente ultraizquierdista Lula da Silva parece que su única obsesión es vengarse del anterior presidente, Jair Bolsonaro. 

Y en ese contexto hay que enmarcar las últimas informaciones provenientes del país hispano, referentes a las intervenciones judiciales y policiales que está sufriendo.

Ayer mismo, sin ir más lejos, Bolsonaro sufrió una operación policial consistente en el registro de su casa y a resultas de la cual tuvo que entregar su pasaporte a los agentes para impedirle salir del país.

El dispositivo fue ordenado por el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, que le investiga por un supuesto intento de golpe de Estado que habría derivado en los actos del 8 de enero de 2023, poco después de perder la contienda electoral. 

Según el magistrado Alexandre de Moraes, los investigados (entre ellos cuatro generales) "ejecutaron un plan para subvertir el Estado democrático de derecho con el objetivo de impedir la toma de posesión del gobierno legítimamente electo". 

Por su parte, Bolsonaro declaró a una periodista: "Hace más de un año que no gobierno y continúo sufriendo una persecución implacable". "Olvídense de mí".