Se llama Manolo y ha hecho la LOSU (Ley Orgánica del Sistema Universitario), quizás porque a don Manuel Castells hacer una ley de universidades le parecía poco. Tenía que ser un “sistema”.

Esto es: el Consejo de Ministros aprobaba el martes 31 de agosto la nueva ley de universidades: la montaña parió un ratón.  

Dice Manolo que se podrá ser rector sin ser catedrático y que va a acabar con la precariedad de los profes. Esto último está muy bien: la precariedad laboral siempre es mala. Eso sí, estoy deseando ver la memoria económica del proyecto de ley.

El que no sea feminista, amén de ecologista y un poco vago, o sea, podemita con más retórica que dialéctica, no tiene nada que hacer en la universidad 'castellsiana'

Aún así, mucho ojo, porque por precariedad el Gobierno socio-podemita entiende que todos los profes sean funcionarios pero evitando la oposición, porque a la izquierda no le gustan mucho las oposiciones: atentan contra la igualdad entre los que hincan los codos y los vagos.

Por lo demás, se trata de imponer el dedazo progre y disfrazar de investigación lo que no es otra cosa que soflamas políticas. Ejemplos: la tesis doctoral de Pablo Iglesias Turrión, mientras preparaba su carrera política como manifestante en Bolonia, o la ligeramente fraudulenta tesis doctoral de Pedro Sánchez Pérez-Castejón sobre la importancia de la marca, incluida la marca España. En ambos casos, un antes y un después en la investigación científica española.

La LOSU es otra ley sociopodemita de consenso… entre PSOE y Podemos. O sea, una ley para todos

Es curioso que Manolo Castells pregone que el rector no tendrá por qué ser catedrático dado que a él lo que le importa es el mérito y no el rango. Pero hombre, campeón, el mérito consiste en haber aprobado unas oposiciones a cátedra, que otorgan rango. Di más bien que lo que pretendes es copar el poder universitario con afines a tu ideología marxista y estarás diciendo verdad y acabaremos antes.

Segunda característica de la LOSU de Castells, sin duda mucho más peligrosa que la funcionarización: la ideologización. Pasamos de la corrupción de menores (Lomloe de Isabel Celaá) al lavado de cerebro a los jóvenes (LOSU de Manuel Castells).

No se corta un pelo el señor ministro: la enseñanza universitaria debe ser feminista, sostenible, facilona y, sobre todo, estatal. El que no sea feminista -por ejemplo yo, que soy antifeminista-, amén de ecologista, un poco vago, o sea podemita y con más retórica que dialéctica, con muchas palabras y pocos hechos no tiene nada que hacer en la universidad de Castells.

Es el mundo monocolor del progresismo: libertad pero dentro de un orden: del limitadísimo orden progre. Puedes decir, enseñar, lo que quieras mientras te atengas a los parámetros que te arca el Gobierno.

Naturalmente, una universidad controlada por el gobierno: estatal y única. La universidad privada como si no existiera. La LOSU es otra ley sociopodemita de consenso… entre PSOE y Podemos. O sea, una ley para todos.