El Gobierno está preocupado y el colegio de psicólogos, más. Palabra que no me caen mal los psicólogos, tan sólo me asombra su pretensión de responder por sí mismos todos los problemas del universo.

En cualquier caso, que los suicidios se disparan en España, al ritmo de 11 por día. Al parecer, la eutanasia no ha detenido el suicidio no-asistido sino que, por el contrario, lo ha disparado.

Quien tiene un porqué para vivir acaba encontrando el cómo, pero el Gobierno Sánchez y la sociedad española -me temo que de forma mayoritaria- se ha olvidado de esta sentencia y trata de solucionar lo que no sabe solucionar. 

Los psicólogos están en la misma inoperancia aunque sí velan por sus intereses. Así, que se ha puesto en marcha, con ayudas públicas, naturalmente, un teléfono 024 para intentar convencer al suicida de que no se suicide, un teléfono que les abrirá un nuevo mundo de posibilidades: ¿De verdad creemos que esta es la solución? 

Uno diría que al Gobierno sólo le interesa aumentar el gasto social para aparentar que hace algo. Ya saben: tenemos que hacer algo, esto es algo, pues hazlo. ¡Ah! y el culpable es el Covid que ha dejado a la gente en depresión y soledad. Hombre, yo creo que lo que deprime a la gente son las medidas exageradas y hasta estrafalarias con las que el Gobierno nos ha obligado a aceptar el Covid. 

No nos hacen falta tantos psicólogos, al menos no a la mayoría. Lo que nos hace falta es Cristo, el mejor remedio contra el suicidio. Para vivir, lo primero es tener un modelo de vida.

Y sí, el suicido está en aumento y constituye uno de los grandes problemas de nuestro tiempo.