Días de vino y rosas, camina 
hacia la cárcel, donde habita,
el que al parecer es, el “Padrino”
del independentismo, de la “cosa”.
Es el Consigliere, de coleta frondosa,
aunque nadie sabe a quién sirve,
si al Monclovita con el que pacta,
o al de la “trena” a quien visita;
con bombo, platillos y pantalla,
para ventilar lo de la “cosa”.
 
Días después, sabemos a quién sirve.
En el sagrado hemiciclo, que mancilló
con barriobajero lenguaje el Consigliere;
con impostada voz, el Monclovita,
del de la “cosa”, el recado declamó:
que el que en la cárcel habita,
quien desgarrar quiere la nación,
no cometió delito de rebelión.
Días de vino y rosas, camina
quien despreciado, en su día, se sintió.