
El sur necesita escenificar sus sentimientos más que el norte pero son dos expresiones distintas de una misma fe, tan válida la una como la otra
Ahora que acaba la Semana Santa y entramos en pascua... En mis años de facultad me hice amigo de un compañero de curso, andaluz, que me invitó a la Feria de Abril, "pero no a la Semana Santa de Sevilla porque no lo vas a entender, Eulogio"
-¿Por qué no lo voy a entender? -arguía yo, cretino como todo buen universitario -Pues porque si tu ves a una señora echándole un corte mangas a la hermandad de enfrente a la suya te vas a cabrear.
Mi respuesta fue que sí, que me iba a cabrear y que sobre esa grosería manifiesta no tenía nada que entender. Al final, me invitó a la Feria de abril y esto lo entendí perfectamente.
Me confieso poco amante de cofradías. Mi fe la vivo a lo norteño, que asturiano soy e hijo de castellanos, pero respeto en grado sumo las procesiones de sur -y del norte- el espíritu de las Hermandades andaluzas y el mundo cofrade en general.
El sur necesita escenificar sus sentimientos más que el norte pero son dos expresiones distintas de una misma fe, tan válida la una como la otra. Que a mí me gusten más o menos es lo que menos importa. En cualquier caso, que la Pasión sea el asunto más tratado por los grandes artistas españoles tiene su sentido.
Pero aún más importante es que el español viva pendiente de la Pasión que de la Resurrección de Cristo, siendo esta más importante que aquella. Sí, la Resurrección es más importante que la Pasión pero es ésta la que mueve al arrepentimiento. Que España, y la América que ella evangelizó se centre más en la pasión demuestra algo grandioso: que España no ha perdido el sentido del pecado, que fue como San Pablo VI definió el pecado de nuestro tiempo.
¡Que vivan las procesiones, las cofradías y las hermandades!. Lo de menos es que yo no entienda el significado de algunas o me atraigan más o menos.