Están muy orgullosas doña Nadia Calviño y doña Yolanda Díaz de los ertes que, según ellas, son la forma inclusiva para salir de la crisis del Covid y que, incluso, deberían prorrogarse a perpetuidad.

La número dos y la número tres del Gobierno tienen la misma visión socialista del trabajo, la de la broma de Keynes: si hay 100 obreros en paro 50 a cavar zanjas y 50 a rellenarlas. Paga el Estado, que como emplea dinero público, que es de todos pero no es de nadie, nadie le discute. Y además, yo decido lo que se hace con él, si es necesario endeudando a nuestros hijos… que es como suele hacerlo la socialdemocracia.

Líder es el que se preocupa por el bien común no por el interés general que no es sino el consenso de intereses grupales

Pues bien, en Hispanidad pensamos que los ertes constituyen un tremendo error. Como mucho se pueden admitir en una situación excepcional y de forma transitoria, lo más corta posible. Se nos dice que con el Covid los ertes evitaron la pérdida de puestos de trabajo. Es que a lo mejor debieron haberse perdido.

Los ertes sirven, como todas las ayudas públicas, para mantener como mantener empresa zombis y reducir la iniciativa para conseguir un empleo o crear tu propio empleado… para buscarte la vida por ti mismo.

Claro que los ertes son aplaudidos por sindicatos, empresarios y gobiernos de izquierdas: no son otra cosa que subvenciones públicas. Y a los empresarios de derechas les gusta el dinero de los demás tanto como a los socialistas de izquierdas.

El hombre de bien que tiene ganas de trabajar no mendiga subsidios

Además, y en mensaje dirigido a los políticos: líder es el que se preocupa por el bien común no por el interés general que no es sino el consenso de intereses grupales. Los ertes benefician a empresarios, ministros de economía y sindicatos, pero perjudican a todos porque, salvo que sean excepcionales, sólo crean voluntades cautivas y tendentes a la pereza.

Más bien reduzca los impuestos que fastidian la creación de empleo. Por ejemplo, las cuotas sociales. El hombre de bien que tiene ganas de trabajar no mendiga subsidios.