- A puerta cerrada, poca transparencia puede darse.
- Al final decidirá el Papa, y así debe ser, pero por eso mismo resultaría menos sospechoso una mayor apertura sobre lo dicho en el interior del Sínodo.
Por su interés, hago mío el escrito que nos remite un profesor de Historia del Pensamiento de la Universidad de Sevilla sobre el
Sínodo de obispos.
Porque lo más curioso de este Sínodo es que se nos presenta bajo la clave de la transparencia aunque, como explica el remitente, se trata de transparencia a puerta cerrada.
También se no nos presenta con apariencia de universalidad -los más diversos partícipes de las más diversas tendencias- cuando en realidad las nominaciones han estado bastante sesgadas a los que la prensa califica como
iglesia progresista, es decir, los prelados-víbora (sí también los hay aunque, claro está, en minoría), los mismos que boicotearon (los que sobreviven, aunque son muy longevos) a
Benedicto XVI. Lo mejor sería abrir las discusiones a la prensa.
No me preocupa lo que también explica nuestro remitente: que ya hay un grupo que trabaja junto al Papa para elaborar conclusiones. Así debe ser porque
la Iglesia no es un órgano colegiado como el Consejo de Ministros, sino por un hombre el Papa, vicario de Cristo en la tierra. Pero sí que el Sínodo debe servir para explicar la doctrina. A puerta cerrada, pocas explicaciones pueden darse.
Respecto a que si el
Papa Francisco es de izquierdas o de derechas, la verdad es que me importa menos, quizás porque no sé lo que es la izquierda y la derecha, al menos ahora mismo. Pero sí es cierto que la prueba del nueve del comunismo consiste en la hipocresía de presentar una tiranía como un modelo de participación democrática. A la derecha se le notan más sus miserias, la izquierda las oculta con celo.
El problema de fondo, no obstante, es la confusión. Me es igual quien redacte las conclusiones con tal de que sean, no sólo adecuadas a la doctrina, sino claras. Repitamos la palabra: claridad.
No obstante,
no se pierdan el interesantísimo alegato del profesor Soler Gil.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com