• O un alumno escuchando a su maestro, o la poesía, la filosofía… y nada de eso precisa ni subvenciones ni desgravaciones fiscales.
  • Lo mismo ocurre con la ciencia o la tecnología: viven de su producto. ¿Por qué no el cine?
  • Además, si gozan de buena salud, ¿para qué necesitan subvenciones públicas y desgravaciones fiscales?
  • La izquierda progre pretende que, como el viejo mecenas toscano, que el 'artista' le baile el agua.
  • Encima a diferencia del toscano, Sánchez, Iglesias o Garzón pagan con el dinero de los demás.
  • Conviene que los actores dejaran de serlo cuando termina el rodaje.
Gran gala de los Goya, gran gala de las vanidades. El actor Dani Rovira, gran especialista en la vulgaridad satírica y la blasfemia perpetua, se ensaña con el PP y con Mariano Rajoy, mientras le lame los cuartos traseros a los allí presentes: Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera. La tesis principal la expone, una vez más, el presidente de la Academia, el actor Antonio Resines, quien habló del buen estado del cine español. Afirmación que no deja de ser curiosa: la gente del cine lleva 20 años diciendo que gozan de buena salud, que son unos triunfadores, que cuentan con el favor del público… pero que la culpa de que el sector sea una ruina la tienen los políticos. Y esta es la cosa: si gozan de buena salud, ¿para qué necesitan subvenciones públicas y desgravaciones fiscales? Y toda esta gala de las vanidades y de la polémica, ¿por qué? Pues en nombre del sagrado conjuro: el cine es cultura y la cultura debe protegerse a toda costa. Directores, actores y productores achacaron al Gobierno el IVA, aunque detrás del buen trato fiscal está lo otro, lo más importante: vivir de la subvención pública, que es de lo que viven los cineastas españoles. Pero no piden subvenciones y desgravaciones de un púbico (el dinero público procede de los impuestos): lo exigen… de ese púbico que luego se dedica a ver películas norteamericanas (sin subvenciones). Montoro tiene razón: sólo deben subvencionarse los artículos de primera necesidad y los derechos de primera generación. No los nuevos derechos -por ejemplo los derechos reproductivos- que constituyen la estafa del postmodernismo. Dicho de otra forma, los chicos del cine se han hecho con el concepto de cultura, lo han monopolizado y así pueden permitirse esta desfachatez y muchas más. Esta es la clave. Cultura no es sólo es el cine, el cine es ante todo, diversión y, en cualquier caso, sería una manifestación no imprescindible de la cultura y del arte. Cultura es un señor leyendo un libro, no Dani Rovira. No sé cómo será su persona pero su personaje, insisto, es vulgar y su humor agrada a casi todos los que comen con los dedos. O un alumno escuchando a su maestro, o la poesía, la filosofía… y nada de eso precisa ni subvenciones ni desgravaciones fiscales. Cultura es ciencia, es tecnología, es arte… todos ellos viven de su producto. Lo mismo ocurre con la ciencia o la tecnología: viven de su producto. ¿Por qué no el cine? En cualquier caso convendría que los actores dejaran de serlo cuando termina el rodaje. Eulogio López eulogio@hispanidad.com