- Con qué respeto hablan las feministas del islam.
- Mientras ponen a caer de un burro a Melania Trump: no llevó velo en Arabia Saudí y sí en su visita al Vaticano.
- Incluso, Karem Armstrong, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, compara a Mahoma con Ghandi y elogia el "mensaje de paz" del profeta.
- ¿Qué une a los tres? Su odio a la Iglesia.
Parece increíble pero
la alianza entre feminismo, homosexualismo -va de la la mano del primero- y el islam, ya es una realidad. Para empezar, basta ver el respeto que muestran las más acérrimas feministas -y feministos- a todo lo que suena a islam.
¿Recuerdan la visita del Gobierno de Suecia a Irán? Las ministras suecas (
en la imagen) que tanto presumen de ser el primer "
gobierno feminista" del mundo, corrieron a ponerse el pañuelo islámico para no violar las leyes iraníes. ¿Y si esas leyes van en contra de los derechos humanos, es decir, en contra de las mujeres? Chitón. Eso sí,
las mismas feministas criticaron con dureza a Trump días antes porque firmó una orden acompañado solo de hombres.
Efectivamente,
mientras el feminismo se rinde ante el islam, no duda en atacar, por ejemplo, a una tal Melania Trump porque no se puso el pañuelo en
Arabia Saudí. ¡Qué atrevimiento y falta de respeto! Sin embargo,
lo utilizó cuando visitó al Papa Francisco en el Vaticano, lo que muchos -y muchas- criticaron con dureza.
La lista de ejemplos es interminable, pero merece la pena mencionar a
Karem Armstrong, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Atentos a lo que dice esta ex monja: "Cuando miramos con horror la farsa de Estado Islámico sería sabio reconocer que la violencia bárbara puede ser, al menos en parte,
el producto de las políticas guiadas por nuestro desdén". O sea, que la culpa del último
atentado de Manchester es nuestra. Para ella, Mahoma es como Ghandi y las palabras del profeta son un "mensaje de paz".
Mucho nos tememos que la buena de Karem no aprovechó bien los siete años de convento.
Mención especial para el
Ayuntamiento de Madrid que lo mismo organiza el
Orgullo Gay como las Noche de Ramadán. Ahora bien, no esperen que Carmena organice nada con sentido católico en Semana Santa -bastante con que deje procesionar por el centro-
ni cuelgue una pancarta en Cibeles con algún lema a favor de los cristianos perseguidos. Eso nunca lo hará, porque lo que une al feminismo, al homosexualismo y al islam no es otra cosa que el
odio a la Iglesia.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com