• Los de Podemos son algo mucho peor que radicales: son gente incapaz de arrepentirse, son zombies.
Es tan buena esta Manuela. Se ha visto obligada a semicesar a Guillermo Zapata por antisemita y por una cierta animadversión hacia las víctimas de ETA y una cierta inquina a las adolescentes violadas y asesinadas. Cosa de nada. Pero no ha cesado a Pablito Soto, quien desde su silla de ruedas (la minusvalía no excluye el poderoso virus de la mala leche) quería guillotinar a Gallardón. Tiene razón, a fin de cuentas, Gallardón no es judío. Y lo peor: ni cesa ni semicesa a Rita Maestre la enseñatetas que profanó la capilla del Santísimo en la Universidad Complutense de Madrid. Y encima ahora resulta que está imputada, pero no se aplica su propia medicina: dimitir ante la mera imputación. Y naturalmente, la chica no se ha arrepentido de nada ni Carmena, la de la estafa Manuela, se lo ha recriminado. Es más, me la convirtió en portavoz. Al parecer, Manuela aceptó ser cabeza de una lista sin preocuparse de mirar quién la integraba y con un programa que no se había leído y que según su declaración, se tomó como ideas. O sea, igualito que se toman los argentinos las señales de tráfico: no son normas, sólo sugerencias. Y es que la pobre Manuela es muy confiada. Pobriña. Este es el problema de Podemos: que como empiecen a pedir disculpas por todo lo que han hecho se quedan sin cargos y hasta sin listas. Pero, sobre todo, no se le pueden pedir peras al olmo. Ni Zapata, ni Soto ni Maestre pueden ser perdonados porque no se arrepienten de lo dicho y hecho. El uno asegura que no es lo mismo decirlo como anónimo que como personaje público. La otra ni tan siquiera pide disculpas, una estación más acá del arrepentimiento por el mal realizado, que es lo único que puede cambiar al hombre. Esto es Podemos: no son radicales, son algo mucho peor: son gente incapaz de arrepentirse, por tanto, de mejorar, por tanto, de mejorar. Pertenecen a esa clase de tipos que piden disculpas en condicional: si he ofendido a alguien… ¿Cómo que si has ofendido? Sabes perfectamente, oh pequeño miserable. Maestre, en especial, profanó la capilla de la Complutense enseñando las tetas porque la simple razón de que quería hacer daño. Y no se arrepiente de ello porque le encanta hacer daño. Es decir, Zapata, Soto y Maestre, así como su jefa de filas, Carmena, la de la estafa Manuela, son incapaces de arrepentirse de nada. Es decir, son muertos en vida, con alma de zombies. Eulogio López eulogio@hispanidad.com