- Hablar de decencia en el vestir no hace intelectual, pero lo es.
- Muchas adolescentes de hoy escandalizarían a las vampiresas de Hollywood de los años setenta del pasado siglo.
- Les escandalizarían por su indecencia y por su mal gusto.
- La belleza es lo contrario del exhibicionismo.
A las dos
últimas generaciones de mujeres les falta textil. Pobrecitas, obligadas a ir semidesnudas por las calles porque no tienen con qué taparse los muslos.
Ojo, y ésta
no es una cuestión política. Muchas adolescentes de hoy escandalizarían a las
vampiresas de Hollywood de los años setenta del pasado siglo. Les escandalizarían por su indecencia y por su mal gusto. Que viene a ser lo mismo, porque la belleza constituye la parte más oculta de la ética.
Si ya sé que está mal hablar de modestia -o decencia- en el vestir. No hace intelectual. Pero es algo que, como la vida privada de los políticos, todos decimos que
no nos interesa mientras vivimos pendientes de cualquier novedad al respecto. Y es lógico. Por ejemplo, nada dice más de un hombre público que su vida privada.
Porque sí nos interesa y porque
el modelo de vestir de una mujer -o de un hombre-
dice mucho de su interioridad. Por lo general, las personas se pueden dividir en dos tipos: los que protegen su intimidad corporal para sí mismos y los que no.
Y ojo, la elegancia es lo contrario del exhibicionismo. La belleza nunca practica el vedetismo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com