Sr. Director:
Eran los gloriosos tiempos de las mayorías absolutas del PSOE, cuando Glez.-Guerra era el dúo imbatible y que hicieron de España un simulacro de cortijo andaluz, en el que nadie osaba moverse en la foto para no ser arrojado fuera y quedar alejado del pesebre que con tanto celo gobernaba el hermano de Juan Guerra.
El curso político se iniciaba en Rodiezmo, cuando el gran jefe Villa, hoy rechazado e ignorado por todos aquellos que aún son lo que son en el PSOE por mucho que hagan aspavientos diciendo que ellos nada tienen que ver con padre-patrón del PSOE asturiano durante décadas, cuando hacía y deshacía en Asturias a su gusto con el aplauso de todos los que aún le deben sus cargos y prebendas.
Rodiezmo significaba entonces, volver a las prístinas esencias del más puro marxismo, aunque Glez., abominase del marxismo e intentase la socialdemocracia, algo que fue un sueño de verano hasta que ZP perdió las elecciones, y Rodiezmo pasó a mejor vida.
En Rodiezmo los más viejos del lugar aún tienen un vago recuerdo de los días de vino y de rosas, cuando la Internacional era cantada con el puño en alto, pañuelo anudado al cuello, que impedía la voz saliera nítida, sino ronca y torva, por millares de sindicalistas y socialistas que con cargo a los arcas públicas se prestaban para iniciar su peculiar curso político.
Hoy está vigente la caza y captura del que ha ganado las elecciones y no puede formar gobierno, por vetos y tapones de Sánchez y Rivera, aunque sea el candidato preferido por muchos millones de españoles que asisten perplejos y hastiados por las decisiones de los perdedores que siguen con el famoso No es No, sin ofrecer ninguna alternativa de gobierno posible, sino que se esfuerzan para que unas terceras elecciones les otorguen lo que no lograron en las dos anteriores.
Es el Retorno del Esperpento de los Cuernos de Doña Friolera.
Fidel García Martínez
Las dieciséis mártires carmelitas de Compiègne, guillotinadas en la Revolución Francesa
15/12/24 07:00