Sr. Director:
Para conmemorar los 400 años del nacimiento del gran filósofo y teólogo francés, Blaise Pascal, el Papa Francisco hacía pública, el pasado día 19 de junio, una Carta Apostólica con el título “Grandeza y miseria del hombre”, en la que define al pensador francés como un compañero de camino para nuestra búsqueda de la verdadera felicidad, un infatigable buscador de la verdad, enamorado de Cristo y siempre atento a las necesidades de los pobres.
Aunque, como suele suceder con todo gran pensador, su filosofía ha despertado numerosas controversias, lo cierto es que Pascal es un pensador católico que ha dado luz a muchos textos de magisterio pontificio. Pascal fue también un científico brillante que, entre otras cosas, inventó una máquina de aritmética, antecesora de nuestras calculadoras. Y con todo eso fue también un hombre de razón abierta a la realidad sobrenatural de la fe, como es propio de alguien que se preocupa por el sentido integral de la vida, lejos de ideologías que reducen y no hacen justicia a la naturaleza humana.