Sr. Director: Es lamentable que la defensa del derecho a la vida, de todos, pero especialmente del no nacido, haya desaparecido de la agenda política y legislativa, pero la raíz del problema es de naturaleza antropológica, ética y cultural, y es apremiante trabajar en esos campos. Por un lado miles de mujeres siguen necesitando una puerta que se abra y una mano tendida para poder salir del atolladero. Por otro, esta sociedad necesita una voz que la mantenga despierta sobre los grandes bienes y valores que está en riesgo de perder, con el riesgo de una deshumanización pavorosa. Domingo Martínez