Fidelidad, lealtad, ¡cómo están de devaluadas estas palabras!, y no solo por las palabras sino por los hechos. "El que es fiel en lo poco, también lo es en lo mucho", esta máxima vale igualmente para la contraria: "quien no sabe ser fiel en lo poco, tampoco lo será en lo mucho".
Vamos a entrar en un carrusel de elecciones durante éste año que marearían a cualquiera. La ambición por alcanzar el poder estará presente en todos aquellos que lo pretenden. Hemos de depositar nuestro voto, dándole la importancia que tiene, y si no sabemos tener la cabeza fría, dejando de lado los sentimientos, podremos vernos abocados a una situación que lamentaríamos durante largos años; y que después de haber luchado por alcanzar aquello por lo que se suspiró durante generaciones, tirarlo al basurero de forma infantiloide e irreflexiva.
Un baremo que podemos aplicar en nuestra decisión, es la máxima anteriormente descrita. Y otra muy importante es ser conscientes de que "el poder corrompe". Si con estos dos presupuestos iniciamos nuestro análisis, y empezamos por aquellos que o no han estado detentándolo, o en muy poca proporción nos encontramos:
Con un partido Podemos, de nuevo cuño, porque se le pone o se ponen la vitola del Populismo, pero en sus dichos y hechos, y en su ideología deducida por como hablan, y sus propuestas, son de un cuño rancio y antiguo del cual ya sabemos lo que se puede esperar. Cambiemos el término de círculos, por el de soviet; el de lucha contra las castas, por el de clases; y el de movimiento ciudadano al poder, por dictadura del proletariado. ¿Qué tenemos?: Comunismo puro y duro de lo más rancio.
Estas personas que quieren "asaltar el poder", ¿son o han sido fieles en lo poco?
Ya se ve que no, por los datos que cada vez se van conociendo. Si alcanzan el poder y tienen más oportunidades, ¿serán corruptibles? ¿En qué grado?
¿Han sido o son fieles a su palabra? ¿Las propuestas que hicieron para que les votasen? ¿Las van a llevar acabo o las van a cambiar? Me acuerdo de un "viejo profesor" Tierno Galvan -así llamado- que alcanzó un grado de poder, y que dijo que "las promesas electorales eran para no cumplirlas". Por último: ¿Están realmente preparados para que gobiernen una gran Nación como la nuestra, o son totalmente incompetentes y nos llevarían a la ruina y pobreza más absoluta durante décadas?
Con estas preguntas e interrogantes, podemos reflexionar y contestarnos de si merece nuestro voto o no. Hemos de tener en cuenta que en estas cuestiones no se puede jugar a la aventura.
A continuación con otro partido también de nuevo cuño, Vox, pero de viejas raíces, de ideología opuesta al anterior. Desgajado de uno de los grandes, y con alguna de las personas que ya tuvo responsabilidades de gobierno, en su día con otro partido gobernante. ¿Es nuevo o se presenta como conservador-liberal? ¿O como demócrata cristiano? No lo tengo claro pues no se han definido claramente. Son muy similares al partido que han dejado, con algunos matices de cambio: el terrorismo, el tema del aborto. Pero la pregunta incontestada es, si llegan al poder: ¿de verdad atacaran esos temas y esos matices a fondo? ¿La justicia? ¿Restaurar los valores de la dignidad de las personas? Porque es muy distinto cuando se está fuera de él o en la oposición, y cuando se llega y se alcanza. Siempre he pensado, y lo he visto confirmado, que la púrpura cambia a las personas; a unas para bien y a otras para mal.
¿Son fieles en lo poco? ¿Por qué no lucharon donde estaban, sin salirse y que se hiciera lo que se prometió en el programa? ¿Por qué lo que no hicieron estando dentro, ahora dicen que lo van a hacer desde fuera? ¿Y la lealtad? Son preguntas que también saltan como otras muchas, y que debemos hacernos antes de decidir.
Dar el voto es reflexionar a fondo, no dejarse llevar por las sensaciones, afectos, o lo que hoy más se lleva la Publicidad. En nuestros días se puede hacer un líder de laboratorio; con mucha apariencia y totalmente incompetente, que nos puede llevar a la ruina y a cosas peores. Tenemos un ejemplo, que hemos vivido, bien cercano. Tenemos que ponderar la trayectoria y los hechos, haciendo balance. Somos una muy joven democracia, pero ya tenemos 36 años, y camino de los 37 de experiencia. Y ésta es la que vale. El problema que tienen en estos casos los pueblos, es la juventud, que no tiene experiencia y puede ser muy manipulable. Todo depende de la educación, de la formación de sus ciudadanos y en esto creo que lo tenemos bastante crudo.
J. R. Pablos