Obama, el hombre que acabó con el principio de contradicción
Ya lo dijo aquel viejo paterfamilias: que cuando una visita demoraba su marcha en exceso, pronunciaba la sentencia clásica: "Alumbren a los señores que parece que quieren marchar".
Oiga, que no hay manera, que no se marcha. El pato cojo gringo sigue de ruta de despedida por el mundo mundial. La despedida es eterna y en cada sitio dice lo que el anfitrión quiere oír. Total, ahora que me voy del convento…
Incluso se permite dar lecciones de moral y de política internacional. De moral, él, uno de los enemigos de la raza humana, con su política antivida. De política internacional, él, el desastre de la Primavera Árabe y el presidente norteamericano que más nos ha aproximado a la III Guerra Mundial.
Y el caso es que el odio a Trump hace que el mundo le ría las gracias.
Hispanidad
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