El PSOE, así como los sindicatos, no deja de reclamar "empleo de calidad". En cuanto salen las cifras del paro, sobre todo si éstas son buenas, contraatacan diciendo que no se trata de empleo de calidad. Incluso mienten cuando aseguran que el 90% del empleo creado es precario, mientras ocultan que un precario contrata varias veces al año, incluso, pero un fijo contra una sola vez para muchos años. En definitiva, que aunque sólo el 10% de los contratos que se firman sea indefinido el trabajador fijo supera el 70% del total. Pedro Sánchez incluso asegura que la principal diferencia entre el modelo económico del PP y el del PSOE es que ellos, los socialistas, pretenden un trabajo de calidad. ¿Y eso cómo se hace? Porque el engaño del empleo de calidad radica en la vaguedad de que una economía crea el empleo que quiere, cuando una economía crea el empleo que puede. Y, sobre todo, los políticos no crean ningún empleo: los que crean son los emprendedores. Los políticos lo que tienen que hacer es no molestar. Ejemplo: reducir impuestos laborales, flexibilizar al máximo la contratación y, para que los empresarios perversos no utilicen la segunda vía para explotar al trabajador, aumentar el salario mínimo, con él, el conjunto de salarios bajos. Si el PSOE quiere que volvamos a tomarle en serio deberá hacer dos cosas: renunciar al tópico y cambiar de líder. Hispanidad redaccion@hispanidad.com