Tras casi cinco horas sobrevolando Madrid y Cuenca, finalmente el Boeing 767-300 con destino Canadá, aterrizaba en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas… Los gritos de júbilo se sucedieron dentro de la nave, al tiempo que los familiares y amigos de los afectados esperaban en la sala Alberche de la T2. «Un aterrizaje brusco bastante aterrador, pero lo logramos», publicó uno de los pasajeros en sus redes sociales.

Y cuando los 128 pasajeros del vuelo pensaban que todo había acabado, y celebraban con gritos de júbilo el feliz desenlace, se encontraron con una visita inesperada… la del ministro de Transportes, José Luis Ábalos.

 

Y es que, el ministro se desplazó esta vez -no para reunirse con nadie en particular, esta vez no- sino para liderar el comité de crisis que se mantuvo al tanto del operativo desde el lugar. Si no llega a ser por Ábalos…