La Sexta Columna va 'celebrar' los 15 años que llevamos sin mili, sin servicio militar obligatorio. Fue el rey godo Wamba, no el de las zapatillas, quien impuso el servicio militar obligatorio, o algo parecido, allá por el siglo VII. La mili siempre se planteó como un instrumento para que el personal asumiera estos cinco principios:
  1. Que tenías un ideal común, una patria común y que merecía la pena defenderla. De hecho, con la creación de un ejército regular, Wamba intentó unir dos sociedades que se daban la espalda en el siglo VII: godos y grecorromanos.
  2. Que hay que hacer algo por tu patria, algo gratuito.
  3. Que los ejércitos de mercenarios están pendientes de su interés no de ideal alguno. Vamos, que no son muy patriotas.
  4. Wamba creó un ejército regular para que su Reino no dependiera de los señores feudales y de las tropas que decidieran aportar… o no aportar. Esos señores feudales guardan una cierta similitud con los señores autonómicos de ahora mismo.
  5. El militar es la antítesis del violento. Se somete a unas normas, no se aprovecha de su mayor fuerza sobre el débil. Y si se corrompe no es sino demostración de que la corrupción de lo mejor es lo peor. El ideal del militar es el espíritu de caballería: defender al débil del fuerte.
Fue José María Aznar, un hombre de derechas, quien anuló la conscripción. Con el ambiente tontipacifista con el que entramos en el siglo XXI. Ahora llevamos 15 años sin mili, nos sobran mercenarios y nos faltan caballeros, nos sobran fuerzas centrífugas y nos falta unidad, nos sobran gritos y nos falta disciplina. ¡Qué error, José María, qué inmenso error! Y luego la otra razón: como ha recordado la ministra de Defensa, Maria Dolores de Cospedal, no podemos tener un Ejército con soldados de 50 años. Hispanidad redaccion@hispanidad.com