La City madrileña termina el año desconcertada con el fenómeno Rubalcaba.

Llegó a la Vicepresidencia primera con el aura de ser el más listo de la clase pero, por el momento, sólo ha conseguido sumir al Gobierno en un caos. En la oficina económica piensan que ZP es listísimo y está permitiendo a Rubalcaba (si le das la espalda, te la clava) que deambule por el proscenio haciendo creer a todo el mundo que él es el próximo líder del PSOE. Para cerrar el año, ZP ha aparecido en público pero llevaba semanas escondido.

¿Qué es lo que está pasando? ¿Acaso ZP se da por muerto? No. Más bien es una táctica con la que está engañando hasta a sus mismos enemigos. ZP está enrocado en Moncloa, dispuesto a que Rubalcaba, y Chacón, y Pepiño, se destrocen entre sí, mientras él espera a que escampe. Sí, es cierto que está tardando en escampar pero no se puede tener todo. Por el momento, su idea es ocultarse y viajar poco por España para quedarse en la esfera internacional, que siempre proporciona lustre aunque resulta bastante ineficaz.

El jueves 30 salió a la palestra para cerrar el año y se mostró más conciliador que en 2003, cuando deambulaba por la oposición y vendía diálogo y talante. Luego descubrimos que el talante era por detrás y por delante pero la técnica funcionó porque el español se comporta políticamente justo al revés que el norteamericano: la vehemencia no nos gusta y tendemos a confundir tolerancia con incoherencia y respeto con cobardía.

Veremos si la estrategia funciona. Porque él no ha cambiado, sólo su imagen. Además, ahora el enemigo está dentro. Y si no le sale bien, jugará a favor de su delfín, Marcelino Iglesias, aunque sólo sea para morir matando, matando, por ejemplo, a Rubalcaba.

Eulogio López

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