El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tardó poco en recuperarse de las depresiones. Un mes después del atentado de Barajas, en el que ETA se burló de él y donde asesinó a dos ecuatorianos, ZP ha retomado su actitud tal y como la dejó: la estrategia del PSOE vuelve a ser la misma del pasado año : pacto con los nacionalistas catalanes y vascos. Su reacción ,el mismo día 30, apostando de nuevo por la paz, le valió el plante de Alfredo Pérez Rubalcaba, que le dio un ultimátum: había que rectificar a cualquier precio, había que romper con ETA, mejor escenificar que se rompía y no hablar de paz en mucho tiempo por lo menos dos semanas. Por cierto, entre las escasos defectos del inquilino de la Moncloa se cuenta el resentimiento : ZP no ha perdonado a Rubalcaba que le propinara un ultimátum, a pesar de que se ha demostrado que la razón era del ministro del Interior.
Pasados 15 días, ZP volvió a hablar de que su principal cometido era la paz, lo que significa, sencillamente, que no romper el diálogo con Batasuna y ETA aunque la banda no haya dado el menor síntoma de arrepentimiento por los dos homicidios. Es igual: ZP cree que su estrategias buena y lo cierto es que desde las primeras encuestas post-atentado a la de días atrás en La Vanguardia, el votante haya dado un giro copernicano : de empate o incluso victoria del PP por la mínima a 7 puntos de ventaja para el PSOE, algo parecido a la mayoría absoluta.
Por tanto, ZP intenta un acuerdo con el nacionalismo catalán de CiU y otro con el nacionalismo vaco del PNV, y ambos con el objetivo final de que estas dos formaciones entren en el Gobierno de España. Es la forma de aislar al Partido Popular, que es el único que, a día de hoy, puede quitarle el poder.
Por tanto, ZP seguirá hablando con ETA y seguirá intentando aislar al PP, bajo el marchamo de partido de extrema derecha. El domingo volvió con la misma cantinela en su mitin de Albacete, donde con mucho amor lanzó una campaña para que el PP vuelva al centro. Un día después, el dirigente Patxi López declaraba a El Mundo que la extrema derecha anida en el PP. Ahora somos finos y lo llamamos derecha extrema, pero las palabras de Rajoy cada día son más preocupantes.
Eulogio López