Ni tregua definitiva ni entrega de las armas: los terroristas sólo se comprometen a dejar de asesinar sin plazo fijo. Se esperaba una tregua que escenificara el contubernio PSOE-PNV-Batasuna. Desesperado ante las encuestas, el presidente del Gobierno sueña otra vez con pasar a la historia, y a las urnas, como el pacificador de Euskadi. Mayor Oreja tenía razón
Se esperaba mucho más, se esperaba una tregua, pero los terroristas sólo han dicho que van a dejar de ser malos y que, por el momento, dejarán de asesinar. Como atinadamente asegura La Razón, junto al vídeo de los tres payasos megalómanos, ETA sólo promete que no hará atentados ofensivos, descubriéndonos así un nuevo mundo: al parecer, existen atentados defensivos.
Digamos que hay tres escalones en el diálogo con ETA: tregua indefinida, tregua definitiva y abandono de las armas- El único aceptable, tras la tregua indefinida que acabó con el asesinato de dos ecuatorianos en Barajas, la única negociación que un pueblo libre puede entablar con estos bichos es la entrega de las armas. O sea, como Londres hizo con el IRA.
Sin embargo, Moncloa, en lugar de negar la mayor, de afirmar que dejar de matar no le parece ningún avance y mandar a ETA a freír espárragos (lo que, dicho sea de paso, ahondaría en la división interna de la izquierda abertzale, a quien ha dejado de gustarle eso de vivir en la clandestinidad, algo siempre incómodo) ha respondido sentirse profundamente escéptico, lo que, por muy profundo que resulte, no deja de ser una forma de dar pábulo al anuncio terrorista. Es decir, que Zapatero no ha dicho que no a una nueva negociación con la banda.
Es cierto, que una vez más, como ocurrió tras el atentado de Barajas, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha sido mucho más firme que el presidente del Gobierno. Pero Rubalcaba no preside el Ejecutivo y no deja de representar una coartada de Zapatero por si los terroristas volvieran a tomarle el pelo, como en Barajas.
De esta manera se pone de manifiesto, una vez más, el conciliábulo PSOE-PNV-ETA. ZP, obsesionado con mantenerse en la Moncloa a cualquier precio y acorralado por las encuestas, quiere jugar a órdago: considera que si pasa a la historia como el pacificador de Euskadi conseguirá vencer en 2012.
Por lo demás, el asunto era de prever. Con un nacionalismo vasco asimismo obsesionado por recuperar el Gobierno vasco, el anuncio terrorista viene precedido por el pacto PNV-PSOE: yo te apruebo los Presupuestos Generales del Estado 2011 a cambio de que rompas el pacto con el PP en Euskadi y me permitas retomar la Lehendakaritza.
Entendámonos: no es que Zapatero haya caído de nuevo en la trampa: es que ésta es la trampa que estaba buscando una vez más.
Ya no se sabe si Euskadi es un país o es un problema, de tanto como nos referimos al problema vasco. Pero el trasfondo de este problema es muy sencillo: el batasuno Arnaldo Otegui insiste en que por la fuerza España no vencerá a ETA: Llevan 30 años en ello y no lo han conseguido. Se equivoca, porque, a lo largo de 30 años, la mayoría de los españoles, de izquierdas y de derechas, se han convencido de que merece la pena vivir en guerra permanente frente al terror porque éste, además de asesino, es mentiroso. 30 años, sí, pero los españoles hemos ganado una gran batalla. Nos hemos acostumbrado a vivir combatiendo a los terroristas. Lo saben la mayoría de los españoles menos aquéllos que sólo viven para perpetuarse en el cargo. Con ETA la cobardía de ZP ya no cuela.
Hablando de políticas cobardes. Argelia, nada menos que Argelia, cuyas credenciales democráticas no son como para tirar cohetes, pedirá en Naciones Unidas que se prohíba pagar rescates a terroristas secuestradores, tal y como hizo el cobarde de Zapatero con el secuestro de Albert Villalta y Roque Pascual por Al Qaeda en el Magreb. Y lo que pide ETA no es sino un rescate con el conjunto de los españoles como rehenes: dejo de asesinar españoles si convocas un proceso, internacionalmente tutelado, para segregar a España de Euskadi.
Por cierto, parece claro que Jaime Mayor Oreja tenía razón. El ex ministro acusó hace dos meses al Gobierno de seguir negociando con ETA. El anuncio de la banda no tiene otra explicación. Le llamamos de todo a Mayor Oreja y ahora los hechos nos llevan a sospechar que dio en la diana.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com