Ferdinand Piëch quiere convertir a la firma catalana en un mero centro de diseño

Eso supondría rebajar la plantilla desde los actuales 14.000 trabajadores a 500. La animadversión de Piëch hacia SEAT y hacia España tiene ahora vía libre, tras la sentencia Volkswagen, que le lleva al control total del Grupo. Hasta el momento, el presidente del Consejo de Vigilancia se ha negado a escuchar la oferta de venta de ex directivos de SEAT capitaneados por Pino Tartaglione.
 
La cosa empieza a cobrar sentido. Apenas dos días después de la sentencia Volkswagen,  que dejaba el campo libre a la familia Piëch, para hacerse con el control del grupo automovilístico, el presidente del Consejo de vigilancia, y ahora más representante de la propiedad que nunca, Ferdinand Piëch. Los Piëch reproducen el famoso esquema de propiedad de las muñecas rusas: accionista de referencia de Porsche, que a su vez es el accionista de referencia de VW… y ahora sin limitación de voto.

Pues bien, según ha podido saber Hispanidad de fuentes de la propia Corporación alemana, Piëch, el hombre que fichó a Ignacio López de Arriortúa y al que nunca le gustaron los españoles, ha decidido cerrar SEAT, un proyecto que siempre tuvo congelado y que las presiones políticas, las ayudas españolas -subvenciones y desgravaciones-, han llevado a archivar pero no a eliminar el empleo.

Para no dañar la imagen de la propia VW, Piëch siempre ha mantenido la tesis de disfrazar el cierre con la creación de un centro de diseño, lo que supondría pasar de los 14.000 empleados a 500. En ello se lleva desde 2004 (VW quiere convertir SEAT en una empresa de diseño )

Mientras no se podía, o no convenía, adoptar decisiones drásticas, la estrategia de VW con SEAT ha sido doble: por una parte, hacerla languidecer comercialmente, en beneficio de los modelos Volkswagen y de la checa Skoda. La segunda es tenerla siempre en permanente estado de venta. De hecho, se ofreció a la italiana FIAT y a firmas coreanas en expansión, pero ni la una ni las otras quisieron hacerse cargo de una empresa en un sector donde existe sobrecapacidad de promoción.

Es más, cuando un grupo de ex directivos españoles, capitaneados por el ex director comercial de SEAT, Pino Tartaglione pretendió hacerse con la firma, la Dirección de la multinacional germana se negó a negociar (Un grupo de accionistas españoles, capitaneados por Pino Tartaglione, quiere comprarle SEAT a VW ).

Mientras, los sindicatos intentan salvar los trastos con reducciones permanentes de personal y el parque de proveedores catalán reduce plantilla de forma tan paulatina como permanente.

Mientras, el Gobierno español no mueve pieza. La Generalitat, tampoco.