Permitiría ganar tamaño, algo fundamental para acceder a los mercados internacionales El secretario de Estado de Economía, David Vegara, dice que ni entra ni sale en las fusiones de cajas, que son -apunta- operaciones decididas por los respectivos consejos. Los consejos de los gobiernos de turno, dice algún periodista malévolo. Pero los periodistas insistimos, y finalmente Vegara señala que ganar tamaño en un entorno en el que el acceso a los mercados internacionales es cada vez más difícil, es una buena idea. Añade que si la operación refuerza la solvencia bienvenida sea. Y por último, apunta que no hay ningún problema de solapamientos ni de competencia porque cada una actuaba en un ámbito diferenciado. En resumen: bendice la operación de fusión entre Caja Castilla la Mancha y Unicaja. La resultante será la quinta caja de España.

Vegara bendice con la boca pequeña, pero la bendice. Y no sólo eso, sino que anima a más, aunque el Gobierno no haya dado un sólo paso para reformar la ley de cajas, un paso imprescindible si de verdad se quiere avanzar hacia un proceso de concentración de las cajas.

No obstante, la operación está pendiente de que el Fondo de Garantía de Depósitos de las cajas ponga dinero encima de la mesa y que eventualmente haya que aportar dinero público. Y sobre todo, está pendiente de qué pasará con el presidente de la CCM, Hernández Moltó, una entidad con una tasa de mora del 4,8% involucrada en operaciones como el aeropuerto de Ciudad Real más que discutibles. ¿Será Hernández Moltó el vicepresidete de la resultante? El PP no está por la labor.