La cosa comenzó con los anuncios de la tele. Nuestro internauta, Jorge Mira, además de navegar, ve la tele y en su sesión de rayos catódicos se enganchó con un reclamo publicitario de Blinko, una de las empresas de Myalert que suministra canciones en los móviles por 0,30 euros. Mira decidió comprar una de sus canciones preferidas y pagó los correspondientes 0,30 euros. Hasta aquí todo normal.
Pero desde entonces, nuestro internauta comenzó a recibir ofertas de Blinko del orden del cinco diarias. Por supuesto, ofertas no solicitadas. Finalmente optó por darse de baja de un servicio que nunca había solicitado. Pero la sorpresa llega cuando Mira recibe en su factura de móvil un cargo de 30 euros de Blinko por unas canciones que ni pidió ni se descargó. Por supuesto, reclamó, pero la compañía se hizo la longuis informándole asépticamente de la fecha de la baja del servicio.
Una respuesta que Mira considera inaceptable y por la que llevará a la compañía a los organismos de consumo de la Generalitat y a los tribunales de justicia. La historia no tendría más importancia si se tratara de un caso aislado; pero no lo es, o al menos eso cree Mira, razón por la que ha decidido emprender una batalla quijotesca contra la estafa de la compañía. No por los 30 euros, sino para evitar que otros ingenuos caigan en la misma estafa.
Mal augurio para Blinko, porque Jorge Mira además de ser abogado es un justiciero. Uno de esos hombres que no soportan las injusticias y batallará hasta el final para evitar que este tipo de estafas se vuelvan a producir. Y nos imaginamos que la cosa no se soluciona con el abono de 30 euros. Mira no parará su cruzada hasta que no tenga la certeza de que el modelo de negocio de la compañía deja de ser la estafa. Una estafa que se aprovecha de que nadie va a llevar demasiado lejos sus reclamaciones por 30 euros. Sencillamente, no compensa. Salvo que exista la satisfacción de haber hecho justicia.