Ha cundido el enfrentamiento entre alemanes y franceses en el seno del Banco Central Europeo (BCE). Para ser más exactos, el enfrentamiento ha surgido entre el presidente del BCE, el francés Jean-Claude Trichet, y el todopoderoso banco central alemán, Bundesbank. Trichet se niega a bajar por ahora el precio del dinero en la eurozona, situado en el 2%, mientras los alemanes piden que se reactive la premiosa economía europea a lo Alan Greenspan, bajando los tipos, si fuera necesario, al cero.
No se sabe si los alemanes piden una rebaja de tipos para forzar al mismo tiempo una rebaja del euro, que con su fortaleza tanto daño hace a las exportaciones alemanas. Trichet ha pedido que en lugar de pensar tanto en la bajada de tipos, mejor harían los gobiernos europeos en pensar en el déficit fiscal, pues son muchas advirtió durante su estancia en Beijing- las oportunidades que se están perdiendo por esa falta de disciplina fiscal.
La verdad es que el Plan de Estabilización, que preveía esa disciplina fiscal, ha quedado roto desde el momento en que Francia y Alemania se negaron a cumplirlo, se negaron a ser sancionadas pro ello y se negaron a ratificarlo.
Lo que está claro es que los nacionalismos siguen vigentes en la Unión Europea.