El ministro de Industria, señor Sebastián, no deja de sorprendernos en su intento por sacarnos de la crisis.
La última idea, según parece, es relanzar el negocio del mueble, con una campaña que va a dejar en cueros a cierta marca mundial. Me refiero a la anunciada multa impuesta a Intereconomía TV por la emisión de un vídeo con imágenes de una cabalgata gay, y la palabra normales para referirse al resto de españoles. Como no le encuentro sentido, ni derecho, ni competencia al Gobierno para ello, sino intento continuado de arrinconar, silenciar, recluir en la esfera más privada a los españoles que no nos identificamos con esas algaradas irreverentes y lascivas, pienso si lo que quieren es meternos a todos en el armario ¡imaginen cómo va a subir la producción!
Este señor, y no este señor, sino el presidente del Gobierno, se cree el dueño absoluto de ciudadanos y haciendas, y no sólo eso sino, algo aún mucho más grave, como decidir qué es justo y qué no lo es, o sea, dueño del bien y el mal. El Presidente y el titular de Industria, más que unos estadistas parecen Don Hilarión y Don Sebastián, en su coloquio de La verbena de la Paloma. Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad. Lean, lean, y tiene más de 100 años.
Amparo Tos Boix