A los presidentes de bancos últimamente les está dando por la filosofía. Tanto gobierno corporativo ha sembrado en ellos una vena humanística desconocida en el capitalismo internacional, justamente hasta ahora mismo. Así, durante la Junta General de Accionistas de Bankinter, celebrada en la mañana del martes en Madrid, su presidente, Juan Arena, hombre de la máxima confianza del principal accionista, Jaime Botín, lanzó el siguiente mensaje: ser competitivo es ser diferente. Casi mejor habría que decirlo a la inversa, ser diferente tiene como resultado la competitividad y la rentabilidad. Dice Arena: "Bankinter es un ejemplo de estrategia diferenciada y permítanme que elabore un poco más este pensamiento. Cuando se estudia estrategia se observa que, con el paso de los años, los resultados de las empresas que compiten entre sí en los distintos sectores de actividad económica tienden a igualarse. Esto es simplemente consecuencia del intento, por parte de las que se encuentran en una peor situación, de copiar a las mejores". 

Y así, como ejemplos de compañías diferenciales, Arena citó a la aerolínea norteamericana Southwest y al espectáculo del Circo del Sol, "que llenan sus carpas, tarde tras tarde, y es, por tanto, muy rentable". La verdad es que el circo, al igual que ocurre con el teatro, no tiene asegurada su rentabilidad por el hecho de "llenar la carpa". Necesita patrocinadores, mecenas, por lo que el argumento de Arena puede no resultar definitivo. En cualquier caso, Arena no ha explicado qué es lo que hace que Bankinter, Southwest o el Circo del Sol se diferencie de sus competidores... y ahí debe estar la cuestión.

Por otra parte, Arena insistió en que Bankinter quiere crecer orgánicamente, sin fusiones, para mantener su propia personalidad. Ahora bien, a lo mejor, la sucesión de los hermanos Emilio y Jaime Botín le obliga a rectificar en un futuro próximo.