Los thrillers de contenido erótico que tan de moda se pusieron en la década de los año 90 tras el éxito en taquilla de Instinto básico, vuelven a primer plano de la actualidad con Seduciendo a un extraño, un largometraje de escaso interés que pone especial énfasis en la curvilínea figura de la actriz Halle Berry.

Plagada de tópicos políticamente correctos, el argumento de Seduciendo a un extraño no se corta a la hora de presentar situaciones escabrosas. A saber, la protagonista es una periodista de investigación (marcada por los abusos sexuales sufridos en su infancia) a la que, al parecer, le interesa fundamentalmente destapar los trapos sucios de la vida íntima de personajes públicos; esta intrépida profesional cuenta con un ayudante voyeur, todo un genio en el terreno informático; y ambos investigan a un empresario que hace más "horas extras" fuera de la oficina (en posición horizontal) que dentro de ella…

Sinceramente, no sé ustedes, pero este tipo de thrillers me producen una gran somnolencia: ¿Será porque son terriblemente aburridos?

Para: Los que crean que lo importante es mostrar "formas" y no ofrecer un buen contenido.