Será el chivo expiatorio de la reforma financiera no funciona

O sea, si la forzada conversión de cajas en SA exige más dinero público o si cae algún banco. Y cesar a un gobernador no es sencillo: se supone que sólo puede hacerse en el caso de que meta la mano en la caja.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, ha cerrado el apartado legal de la reforma financiera. En definitiva, de cómo cargarse las cajas de ahorros y convertirlas en bancos, una de las exigencias de la misma Europa que pretende absorber a las cajas y a las industrias de ella dependientes.

Ahora bien, del dicho -la norma- al hecho -el saneamiento- va un trecho, especialmente porque, en una política suicida, el Gobierno Zapatero se ha empeñado en adelantar los requerimientos de Basilea III e incluso aumentarlos para las cajas de ahorros.

Como dicen los informáticos, antes de poner en marcha una nueva aplicación hay que pensar a quién echarle la culpa si las cosas marchan mal. Pues bien, Salgado ya tiene el culpable: el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), como regulador y supervisor del tinglado bancario.

Y todo hace pensar que la reforma financiera de las cajas, aprobada por el Consejo de Ministros del viernes, va a terminar en fracaso. Todo hace pensar que se necesitará más dinero público del previsto y que, además, puede haber cajas de ahorros que no consigan las capitalización que se les ha pedido -verdaderamente draconiana- por lo que tendrían que ser nuevamente saneadas o vendidas a un banco extranjero a precio de saldo.

Y como se ha mentido tanto con la cajas de ahorros, también podría ocurrir que los bancos -hoy con más mora que el sector ahorro- entren en barrena y escenifiquen un nuevo fracaso de la reforma.

Ese es el momento esperado por Salgado para pedir la cabeza del gobernador MAFO, que pasaría por ser el culpable del desaguisado. MAFO siempre ha despreciado a la vicepresidenta, a la que considera una ignorante íntegra, y esta lleva predicando a sus íntimos que se vengará en tiempo y forma del orgulloso gobernador.

Eso sí, echar a un gobernador es algo complejo. MAFO es el primer gobernador con carnet de partido, respaldado por un subgobernador no pactado con el PP. Sí, pero lo cierto es que un solo responsable de la supervisón bancaria sólo puede ser cesado en caso de ser cogido en flagrante delito. En otras palabras: en el caso de ser condenado por meter la mano en la caja. Y eso no parece que vaya a ocurrir.

Fuera de ese caso, lo único que se puede hacer es presionarle para que se vaya, y eso resulta complejo.

En cualquier caso, esta búsqueda de culpables revela algo más: que el Ejecutivo no tiene nada claro, lo que se dice nada, el éxito de su reforma financiera.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com