- La creación de una entidad pública ha sido siempre una de las reivindicaciones de la izquierda.
- Pero la diferencia fundamental con la idea de la vicepresidenta es el carácter temporal de la medida.
- Las entidades nacionalizadas que compondrían ese grupo estatal serían privatizadas tras su saneamiento.
- El nuevo banco sería el resultado de la fusión de Bankia, Novacaixa y Catalunya Caixa… por el momento.
Este viernes, Soraya Sáenz de Santa María (en la imagen) ha conseguido levantar polémica y se ha explicado de forma muy clara, sin circunloquios ni evasivas. Y lo ha hecho al hablar del sector bancario. A los responsables privados del mismo no les ha debido de hacer ninguna gracia las declaraciones de la vicepresidenta de Gobierno sobre la posible creación de un banco público, lo único que le faltaba a unas entidades financieras asfixiadas por las provisiones exigidas por parte del Gobierno: el Estado haciendo la competencia al sector privado con pólvora del Rey.
La vicepresidenta, que no se ha mojado sobre temas que son de su exclusiva competencia, ha respondido en un tono que sonaba a advertencia o amenaza cuando ha sido preguntada por la posibilidad de crear un gran banco público, ha señalado que no se descarta ninguna opción a la hora de seguir adelante con la reforma bancaria. "Optaremos por la mejor solución y la que sea más rentable". La mano derecha de Rajoy, que en sus últimas comparecencias se muestra siempre muy ambigua, ha sido muy tajante.
La vicepresidenta ha afirmado también que se seguirá adelante con las subastas, desmintiendo así los rumores sobre una posible suspensión de las mismas, en vistas del nulo interés financiero que podían tener para los bancos, dada la terrible situación en la que se ven algunos por culpa de las últimas exigencias del Gobierno para cubrir con provisiones los créditos sanos. Se especula que el banco que se crearía sería el resultante de la fusión de Bankia, Novacaixa, Catalunya Caixa, y puede que alguno más.
La creación de una banca pública siempre ha sido una reivindicación de la izquierda. Incluso los indignados pedían el regreso de las Cajas de Ahorros por su función social. No parece que vayan por ahí los tiros. Las bibliotecas de Caja Madrid ya están en proceso de desmantelamiento -sólo quedarán 7 de 40- y muchos de los empleados de la empresa del grupo Bankia que les daba trabajo se verán muy pronto en la calle o prejubilados en el mejor de los casos. El objetivo del Gobierno, como ha dejado muy claro Saénz de Santamaría, no es recuperar un modelo de solidaridad que gozó en otro tiempo de un enorme prestigio ni crear una banca nacional. La nacionalización es de ida y vuelta: se nacionaliza para privatizar de nuevo. "El Gobierno actúa con unas cifras visadas por el FROB, y se adoptan distintas decisiones, como puede ser la nacionalización". La idea, ha señalado, "es invertir el menor dinero posible y recuperarlo cuando se produzca la reprivatización y se devuelvan todas esas entidades a la normal actividad privada".
Soraya ha hablado de dinero, de bancos y de las subastas del Banco de Valencia y Cataluña Caixa que siguen adelante, pero no del tema del día, la inyección de millones que necesita Bankia, estimada este viernes por la mañana en más de 15.000 millones de euros. La vicepresidenta le echó cara al asunto y dijo que eso no era competencia del Ejecutivo, sino el consejo de Bankia y del Banco de España. Hace falta tener muchas conchas para no ruborizarse después de pronunciar una frase así. ¿Quién le va a dar el dinero a Bankia? El Gobierno y nadie más que el Gobierno. Y lo vamos a pagar todos.
Sara Olivo
sara@hispanidad.com