Sr. Director:

Recibo a diario la edición digital de hispanidad.com y disfruto tremendamente leyéndola, pero en el artículo con título Las iglesias convertidas en museos y la liturgia en exequias siento disentir bastante con su opinión. Si es verdad que es inadmisible que en un pueblo de 20.000 habitantes como es Ubrique haya únicamente una misa entre semana, tampoco es verdad que lo que usted expresa en el citado artículo sea toda la verdad.

Espero que usted, que tanta facilidad tiene para descubrir las sombras, haga el esfuerzo para encontrar siempre el foco de la luz, como también ha citado en alguna ocasión nuestro querido Benedicto XVI. Hay muchos sacerdotes que están dando la vida a diario haciendo eucaristías, pasando horas en el confesionario y entregándose por la porción del Pueblo de Dios que les ha sido encomendada por su Obispo. Hay muchas órdenes contemporáneas suscitadas por el Espíritu Santo que son ejemplo de radicalidad en el seguimiento de Cristo y en fiarse de la providencia divina, hay parroquias modélicas en acogida humana y al mismo tiempo que trabajan por el hombre ofrecen a Cristo, Hombre Nuevo Resucitado.

Sr. Eulogio, tiene grandes dotes para descubrir falsedades en acontecimientos y noticias de la cultura de hoy, incluso para desentrañar y encontrar el verdadero significado y causas de muchas noticias. Es loable y de agradecer, sinceramente se lo digo. Pero este artículo me ha parecido tremendamente pobre.

Somos muchos los sacerdotes, jóvenes también (tengo 27 años) que nos esforzamos a diario por cuidar la liturgia, por embellecer la celebración y darle esa referencia a la transcendencia que nos acerca al Misterio Divino que recientemente parecía que la Iglesia había perdido, somos muchos los sacerdotes que hacemos infinidad de Eucaristías, de pueblo en pueblo, para tres o cuatro personas mayores (todo mi respeto y admiración hacia ellos y ojalá el Señor me conceda perseverar como ellas) y que al mismo tiempo trabajamos con los jóvenes y matrimonios que se dejan ayudar y acercar a Cristo. No me pongo como ningún modelo, pero realizando más de mil kilómetros semanales entre siete pueblos de los que soy párroco, celebrando entre 21 y 25 misas semanales, dedicando más de 7 horas semanales a la confesión y al mismo tiempo, tratando de mantener lo mas digno posible los templos donde los fieles cristianos nos reunimos, con el artículo citado me he sentido, por lo menos, un tanto ofendido.

De todos modos, le animo a continuar con este periódico que tan buena información y buenos ratos nos hace pasar.

Juan José Monfort Vallés

juanjomonfort@hotmail.com