Hasta seis miembros del Gobierno (Zapatero, Fernández de la Vega, Caldera, Montilla, Narbona y López Aguilar), en su calidad de diputados, se ven obligados a acudir al Congreso los martes por la tarde y jueves por la mañana para votar a favor de las propuestas del Ejecutivo. Y es que el PSOE ganó las elecciones con 164 diputados, es decir, que le faltan 12 para la mayoría absoluta. Una mayoría que se obtiene sumando los ocho escaños de ERC y los cinco de Izquierda Unida (CiU tiene diez y Coalición Canaria, tres). Pero Alfredo Pérez Rubalcaba (si te das la vuelta, te la clave), mandamás del grupo parlamentario, advierte que el PSOE puede repetir en el Parlamento nacional la política del Tripartito catalán. En otras palabras, que desea ardientemente el apoyo de los nacionalismos moderados, especialmente de los catalanes de CiU.

Y peor es lo que ocurre en el Senado, donde  el Partido Popular se encuentra a cuatro escaños de la mayoría absoluta. Ahí sí que se hace imprescindible el todos contra el PP. Ahí no bastan agrupaciones de ocasión. Simplemente, no se puede escapar nadie.