El buen dato de inflación y la comparación con Europa permite subir los impuestos indirectos. Al tiempo, se precisará un plan de lucha contra el fraude en la facturación.
Si algo fastidia a los inquilinos de Génova 13 es que les recuerden lo que no quieren recordar: el Partido Popular pergeñó el 'milagro económico' de 1996 con la bandera de la bajada de impuestos pero la situación heredada de Zapatero les obligará, no sólo a no bajarlos sino a incumplir sus propuestas electorales y subirlos un tanto. Muy duro, oiga. Pero es que las cuentas no salen.Total, que Rajoy ya ha cedido ante sus asesores y colaboradores. Tendrá que subir el IVA (8% reducido, 18% normal) hasta el 20%. Los socialistas se le echarán encima, porque cuando Elena Salgado subió el impuesto indirecto por antonomasia, del 18 al 20%, el PP el cantó las cuarenta.
Es el momento de hacerlo, cuando el IPC, ahora por debajo del 3%, parece más o menos controlado. Y también podría aumentarse, aún más, los impuestos especiales, aunque el de carburantes, el más relevante, afecta a particulares y a empresas; del tabaco poco más se puede sacar y lo mismo puede decirse del alcohol. Los españoles cada vez fuman y beben menos y así no hay manera de hacer caja.
Otro problema añadido: se podrá subir el IVA pero no reducir las cuotas sociales, los impuestos laborales que retraen el empleo. Pese a las cifras de la Seguridad Social, aparentemente positivas anunciadas en la mañana del martes, en el PP, con razón, no se fían.
Eulogio López
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15/12/24 15:00